Después de estar meses buscando un pupitre adecuado para la habitación de Jorge, y de superar otra crisis matrimonial en el intento, por no convencerme ninguno, y marear al señor marido durante varias semanas, ¡lo vi! Ahí en mi cabeza, dentro de la bombillica de idea genial...
Tenía claro que no sólo podía ser una mesa y una silla, tenía que ser un rincón de creación y diversión. Un sitio que le inspirase y le hiciera sentir especial...
No puede ser más sencillo...
1. UN TABLERO DE PINO (LEROY MERLÍN)
En la idea original que se crea en mi cabeza y que siempre es ideal, el tablero lo haría con palets, laminados y lijados, unidos con un listón por debajo.
Después de hacer que mi pobre padre, siempre dispuesto a seguirme la corriente, me desmontara y lijara un palet entero, separando los listones menos dañados. Y de haber involucrado en el intento a un amigo suyo durante una mañana entera, no fue posible, las tablas no tenían el mismo grosor y decidí que para la escritura no sería muy cómodo. A sí que compramos un tablero de madera de pino al que sólo le dí un par de capas de barniz incoloro.
2. CUATRO PATAS (LEROY MERLÍN)
Me apetecía que fueran sencillas para no quitarle protagonismo al frontal que es lo mejor de la mesa.
3. FRONTAL DE MADERA TALADRADO (CUALQUIER FERRETERÍA)
Las típicas tablas de los bancos de trabajo en los que se ordenan las herramientas
4. COMPLEMENTOS VARIOS PARA DECORAR Y ORDENAR
En el frontal puse un par de lejas hechas con restos de una caja de fresas que me quedaba por casa.
Con alambre de colores unas espirales para colgar las acuarelas y las tijeras.
Unos botes de leche en polvo recicladas para ordenar las pinturas.
Un par de cestas monas en un lateral para los diferentes materiales de manualidades.
Debajo de la mesa, aprovechando que sus pies aún no llegan al suelo, una caja de fresas decorada para los diferentes papeles(cartulinas, gomaeva, fieltro...)
Todavía me falta encontrar una lamparica adecuada, la silla ideal y ponerle en el lateral de la mesa un rodillo con un rollo de papel en blanco, para que le de rienda suelta a su creatividad.
Coronando la mesa de trabajo de un futuro artista, no podía haber nada mejor que su propia galería de arte, la cual colgamos entre los dos y a la que no le faltó una inauguración en toda regla, con olivas, patas, zumo y por supuesto, publico.
Espero que os guste y como siempre que en algún momento os sirva de ayuda o inspiración.
Un saludo merybundo y una feliz semana.