Cuando empieza un año nuevo el cuerpo me pide calma y mi casa se convierte en ese refugio en el que más me apetece estar. Por eso siempre empiezo con una buena limpieza de armarios; después algunos cajones y termino redecorando alguna estancia entera si me vengo muy arriba jajaja. Lo cierto es que llevo varios años haciéndolo y se nota. Cada vez tardo menos en hacer estas limpiezas y últimamente apenas tengo que dar una vuelta a algún rincón concreto.
¿Cómo lo he conseguido? Sigue estos tips:
1. No tengas miedo a tirar: durante muchos años guardaba cosas (especialmente ropa) que no utilizaba pero me parecía un crimen desprenderme de ellas. "Aún está en uso, está medio nuevo", pensaba para mis adentros. Sin embargo es un error enorme porque a mí no me daba ningún servicio, y, cada vez que lo veía, me molestaba y me generaba estrés. No tengas miedo de desprenderte de cosas: pueden ser de gran utilidad para otras personas y te quitarás un gran peso de encima.
2. Busca el mejor lugar: a veces guardamos las cosas en el lugar que tenemos más a mano, pero no siempre es el más adecuado. Piensa en el uso que le das a cada cosa, en qué estancia lo utilizas más, si lo utilizas mucho o poco... Todas las respuestas te irán dirigiendo al lugar más idóneo para cada cosa. Cuando cada cosa tiene su sitio, recoger tu casa será pan comido porque no tendrás qué pensar dónde guardas. Será algo mecánico y ahorrarás tiempo.
3. Apunta: hay algo que me molesta mucho cuando atravieso mi casa de punta a punta y es ese pensamiento recurrente: "a ver cuando me pongo con este cajón", "un día tengo que revisar esos papeles", "esto no puede seguir ahí, cualquier día lo tiro". Son pensamientos que me molestan. No es un drama pero al fin y al cabo son pensamientos negativos de cosas que no están hechas, quiero hacer y no termino nunca de ponerme a ellas. Apuntarlas me sirve para liberar mi mente y poner fecha tope.
4. Sé constante: no hace falta hacer la limpieza de tu vida en un fin de semana. Tómatelo con calma, sin estrés. Pero tampoco dejes pasar un año entre una tarea y otra. Se constante. Quizá puedas planificar pequeñas tareas semanales o una estancia al mes. Quizá tienes localizado aquello que tienes que organizar y podrás dejarlo listo en unas horas.
Ahora sí, vamos a ver distintas soluciones bonitas y prácticas para almacenar según las necesidades de cada estancia de la casa. En esta primera parte voy a enseñarte a crear espacio de almacenamiento para tener a la vista: maletas hechas con cajas de cartón.
Seguro que tienes cajas de zapatos rodando por tu casa, escondidas al fondo de tu armario o en un trastero. Sácalas, pásalas un trapillo para quitarles el polvo y prepara estos materiales:
- tela
- cuero
- tijeras
- cola
- chinchetas para archivar papeles
- cinta decorativa o un ovillo de algodón
1. Forra la caja: con un trozo de tela, empieza a forrar el exterior de tu caja. Unta cada cara con un poco de cola y ve pegando la tela desde el centro hacia los laterales, asegurándote de no dejar arrugas. Ve cortando si fuera necesario, el exceso de tela para ajustarlo al máximo al tamaño de tu caja.
2. Esquinas de cuero: recorta 8 círculos de cuero para las esquinas. Haz un corte hasta el centro del círculo para ajustar la pieza a cada esquina de la caja y pégala con cola. Recuerda que las esquinas superiores de arriba deben tener un corte extra que te permita abrir y cerrar la caja con comodidad.
3. Crea una cinta decorativa: con un ovillo de algodón fino y una aguja de crochet puedes tejer una tira de un par de centímetros de ancho para crear las correas de tu maleta. Si no sabes hacerlo, puedes recurrir a una cinta normal. Sujeta las cintas con las chinchetas, colocando dos en la tapa y dos en el lado opuesto, para cada cinta.
4. Haz hebillas: corta dos tiras de cuero y únelas con un poco de cola. Coloca cada arandela en la cinta que queda en la parte baja de tu caja. Por ella introducirás las cintas que quedan en la parte superior para cerrar tu caja.
Forra el interior con tela de diferente estampado o con fieltro. Ya estará lista para llenar, por ejemplo, de fotos o recuerdos de tus viajes y escapadas. Si haces varias, puedes apilarlas sobre el suelo y decorar así cualquier rincón de tu casa. Si la caja es pequeña ¡será perfecta para utilizar como envoltorio de un viaje sorpresa!
¿qué te han parecido? ¿Qué otros usos le darías tú a estas maletas?
¡Un abrazo!