Para ayudarme, en cada visita, era tarea obligada medirles todas las secciones posibles. Mi obsesión se justificaba en la necesidad de tener todos los impensables datos para la confección de una prenda. Obtener ese preciado listado era una constante incluso en el más efímero encuentro con ellos. Tanta insistencia hizo que se transformara en un gracioso entretenimiento para los pequeños. Fueron descubiertos con una cinta métrica, jugando a medirse, cuando se oían frases absurdas como "de culete, cuatro" ó "de cintura, ocho".
Gracias a tanta planificación, se consiguen resultados gratificantes. Fue el caso del siguiente conjunto para niño y niña. A partir de una tela de grandes cuadros escoceses se confeccionó un pantalón para niño y un pichi para niña. Se tuvo en cuenta la continuidad del dibujo de cuadros en ambos casos, logrando una terminación bastante profesional. Esta complicación fue compensada al tratarse de una tela de lana que ya tenía el forro adherido en su revés de forma industrial.
Pichi de cuadros y detalle de los botones en color burdeos, de Novedades París.
Acertada combinación en los complementos hecha por mi hermana para completar un conjunto de cumpleaños.
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