Tras las fiestas de Navidad, en las que casi todos en mayor o menor medida nos dejamos arrastrar por la fiebre consumista, los regalos y las comidas, generamos una cantidad de residuos muy superior a los días habituales del año. No tengo datos delante, pero sólo hace falta darse una vuelta por la calle el 25, 26 de diciembre, el 1, 2 de enero o el 6,7 para ver cómo los contenedores están a reventar: bolsas, cajas, vidrio, papeles... ¡Y contentos si cada desecho está en su sitio! Por eso, cuando Tere de Byterenya me invitó a su reto 3Rmás1conarte, o Rebeca lo hizo también con su reto sobre cajas, dije "allá voy". Aunque el trabajo era sencillo, no he llegado a tiempo de unirme con él al último Aprendiendo de todo un poco de Anna, sobre reciclar, o al de Guadalupe con su lugar para los buenos propósitos. ¡Lo siento mucho...!
¿Os cuento qué he hecho? Pues he cogido un botecito de cristal de sucedáneo de caviar, que en casa es tradición tomarlo en estas fechas, y lo he convertido en una caja multiusos. Puede que la use para meter mis momentos felices del año, o para guardar unos clips... o unas pulseras... De repente se me van ocurriendo muchos usos para ese bote que se iba a ir al contenedor.
Tras la limpieza de rigor, lo he decorado con una tira adhesiva decorada, con motivos antiguos (vamos, con "washi tape con motivos vintage" :)). En el hueco que queda entre la tapa y la caja he puesto una cuerda pegada con pegamento termofusible. Y, finalmente, la tapa la he pintado con pintura a la tiza en un tono beige clarito (tres manos, porque se seguía transparentando el dibujo inicial...). Sólo queda proteger la tapa con barniz mate ¡y listo!
Y aquí está mi pequeña cajita guarda-tesoros, propósitos, pulseras, clips, anillos, abalorios...
Me la llevo al reto 3Rmás1conarte (byterenya) y al reto desvanero sobre cajas de Rebeca (fábrica de artesanía).
Y, aprovechando que es fin de semana, me voy con Jen a su viernes Handmade. ¡Vamos a ver todo!