Y el sábado después de comer, me puse al lío. Y conseguí superar el reto:
Así estaba al principio:
Y es que a mí me encantan los productos de limpieza... Es ir al Mercadona, y volverme loca con la cantidad de cosas que tienen para limpiar. Y claro, acumulo y acumulo (y hasta compro cosas que ya tengo...)
Mirándolo, además de desordenado, veía dos problemas: espacio sin aprovechar, porque las paredes del mueble estaban vacías, y que cada vez que tengo que limpiar una habitación o un baño, siempre cojo menos de lo que necesito y tengo que dar varios viajes. Así que hice varias cosas:
La primera, poner en cubos o cajas de plástico los productos por estancias: un cubo para los productos de limpiar madera y cristales, otro para las cosas del baño y otro, para las de la cocina. En los blogs americanos te proponen que vayas a las One Dollar Store, pero aquí en España, tenemos "los chinos" (que antes eran las tiendas de "Veinte duros"). Y a ver cómo le explicaba yo a la china que necesitaba unos cubos monos para guardar mis productos de limpieza... Así que me tuve que conformar con un cubo azul muy funcional, y otro fucsia, un poco más alegre, pero nada mono...
Con un poco de washitape les hice unas etiquetas donde poner rotular el nombre de la estancia.
Y las pastillas del lavaplatos, en otra caja, que antes las tenía en un mueble del tendedero y era absurdo, porque lo tengo junto a este mueble...
A continuación, tema paredes desaprovechadas. Para aprovechar la de la izquierda, puse tres ganchitos metálicos adhesivos para sujetar una bolsa de las que se usan para lavar ropa delicada, y en ella guardé los quitamanchas de boli y el limpiador para pantallas de plasma, junto con un recambio de ambientador para el lavaplatos, que son las típicas cosas que nunca encuentras porque se quedan al fondo del armario:
En la de la derecha, y con otro ganchito de pared, colgué los guantes de fregar (que nunca uso) y un trapo que uso exclusivamente para el Lumia (un limpiador de cristales industrial), De esta manera, ese trapo no lo usará nadie por error.
Y en la puerta, los trapos: el de los cristales, el de los muebles encerados y el de los barnizados (un agua no les vendría mal, lo sé...)
El antes y el después:
Siendo objetivos, no hay quizá demasiada diferencia desde el punto de vista estético no ha sido un cambio muy efectista (cubos iguales no me cabían), pero el domingo noté la diferencia de tenerlo todo mezclado a tenerlo por "temáticas".
Pero si queréis ver un cambio espectacular, con buenísimas ideas, pasaros por Se acabó el desorden, donde veréis los cambios que ha hecho Pilar !Menuda diferencia!!!!!
Y ahora, a esperar el siguiente reto, que para la reina del desorden que soy, que me manden deberes me está viniendo muy bien...