El caso es que no se si quienes me leéis sabéis cuál era mi dedicación anterior, antes de comenzar con esto de la artesanía. Hasta hace algo más de 4 años, yo trabajaba como arquitecto, pero ya sabemos que la crisis en la profesión afectó de lleno y así sigue a día de hoy.
Cuando comencé con esto, fue como hobby y distracción, para tener algo con lo que ocupar el tiempo libre que descubrí que tenía cuando se acabó el trabajo.
Por aquel entonces, comencé a descubrir el mundo bloguero en temas de decoración, artesanía y manualidades. Iba quedándome fascinada con cada artista nuevo que encontraba.
Y a medida que fui conociendo el trabajo de estas personas, de vez en cuando me topaba con alguno que resultaba ser colega de antigua profesión. No sabéis qué ilusión me hacía descubrir que había compañeros que hacían cosas tan bonitas. Aunque al mismo tiempo, sentía un punto de tristeza. Era un sentimiento contradictorio, ya que eso me hacía ver de nuevo la dura realidad de la profesión. Y lo cierto es que es una pena que algo que hemos conseguido a base de horas de trabajo y esfuerzo, termine de esa forma.
Cada vez eran más los arquitectos artesanos que fui descubriendo. De pronto empecé a pensar que eso no era algo casual. Por una parte, lógicamente, si era de las profesiones donde más gente se había quedado sin actividad, no tenía por qué ser extraño. Pero... ¿por qué dedicarse a hacer trabajos de artesanía y no intentar otra cosa?
Los arquitectos hemos recibido una formación que, para bien o para mal, nos ha obligado a ser autodidactas en más de una y dos ocasiones. Esto hace que seamos capaces de poder desenvolvernos sin problemas en los campos más diversos.
Nuestra formación, de carácter técnico y artístico, nos da quizás la clave de toda esta cuestión: por lo general, y si nos hemos dedicado a ello, se nos supone un cierto nivel de creatividad, factor importante para poder desenvolvernos en el mundo artesano. Pero la formación técnica nos ha dado las herramientas para saber cómo llevar a cabo todas esas ideas con nuestras propias manos. Alguna vez he comentado esto con algunas personas y hay quienes piensan que es una chorrada, que no entienden qué tienen que ver ambas cosas. Pero yo sigo pensando que tiene que ver y mucho.
Evidentemente hay grandes artesanos que no tienen nada que ver con el mundo de la arquitectura, pero lo que si es cierto es que los arquitectos dedicados a estas labores desprenden una sensibilidad que hace especiales sus creaciones.
Y con todo este rollo que he contado, lo que quiero es inaugurar una sección que voy a llamar Reinventando la Arquitectura en la que os voy a ir mostrando a todos los colegas arquitectos que me he encontrado por el camino y de los que me gustaría enseñaros su trabajo.
Espero que os guste la idea y que os pueda descubrir a grandes artistas que igual no teníais el gusto de conocer.
Aquí os esperaré cada viernes con un nuevo arquitecto reinventado ;-)