En los dos casos tenía que llevar una imagen religiosa: los santos de sus pueblos.
Para el padre simplemente querían un marcapáginas. Así que sobre la cartulina carpeline entintada en sus bordes, pegué un troquel de libro en azul que hiciera juego con la camisa que llevaba el santo de la imagen. Entinté dos arabescos que la acompañaran y por detrás, con otro arabesco de fondo, escribí una frase que le gustaba a su hijo.
Para el abuelo me pidieron algo más práctico. Además a él le gustó precisamente por eso.
Es un hombre de 75 años que hace minipasos de Semana Santa de madera forrados con estaño repujado. Le pone todo tipo de detalles, incluso luces... Y encima me contó que retoca en photoshop los dibujos que utiliza para repujar. Una maravilla para su edad.
Para él pensé en una lata tuneada para que pudiera tener a mano y recogidos sus pinceles y buriles. Siguiendo el tutorial que nos puso hace tiempo nuestra amiga María Luisa, y con el que ya he hecho otra lata, poniendo como centro una imagen de San José, le añadí dos troqueles grandes de aluminio (por aquello del repujado) que pensé le atraerían más que otra cosa.
También añadí hilo de bramante para sujetar una regla porque ¿qué carpintero (lo digo por San José) no tiene una regla o un metro entre sus herramientas? ¿Y qué abuelo no hace sus trabajos utilizando también esa herramienta?
El resultado fue éste:
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