PROYECTO MARK-VII: Día 48 (04/03/2015)

Bueno, pues parece que andamos valientes. ¿Recordáis que el hambre agudiza el ingenio? ¿Recordáis que tenía una armadura de Los Caballeros del Zodiaco del Cisne Negro? Pues la he usado como prueba, a ver qué pasaba.

¿Qué es lo que he hecho? Pues puede que una genialidad o una barbaridad, sólo el tiempo me lo dirá.

Navegando por internet, además de conseguir los planos del Mark-33, el Silver Centurion, estuve trasteando un poquito y encontré algo muy curioso. Una chica muy simpática ella, también cosplayer, que había subido un vídeo a Youtube sobre cómo endurecer goma eva. La teoría es muy simple, ya que sólo hay que coger cola blanca, embadurnar la pieza e ir colocando trozos de papel de forma que cubra toda la pieza. Así tres capas. Luego se le pone una “funda” que es un trozo de hoja que cubra toda la pieza para que quede más o menos lisa.

Cogí una rodillera y la embadurné bien con ese enorme bote de cola blanca que tenía por ahí arrumbado. Le fui colocando trozos pequeños de papel hasta que creí que estaba todo completo y dejé secar esa capa. Por otro lado en la otra rodillera hice un tratamiento diferente, que fue sólo embadurnar la pieza con cola blanca.

Al día siguiente las dos piezas tenían una pinta un tanto asquerosa, pero me había decidido a completar la tarea, así que di una segunda capa, ésta vez con trozos de papel en ambas y con trozos un poco más grandes, de forma que me asegurara de que todo estuviera cubierto.

Tras tres días de trabajo y tres capas de papel en ambas caras de ambas piezas, puedo decir que el resultado es bastante bueno. No queda excesivamente liso, pero creo que eso lo podré arreglar más adelante, pero lo que interesa es que queda lo suficientemente rígido como para que las piezas no se deformen por el peso, pero con un punto mínimo de flexibilidad.

¿Qué hacer entonces? Pues lo más lógico, empezar a cubrir el Mark-VII con la cola blanca. Pero no se puede empezar a lo loco. Ahora mismo las botas están en un estado en el que no sé exactamente por dónde cogerlas, así que las dejo para más adelante, sin embargo, hay unas piezas que, si me las cargo, tengo foam azul suficiente como para repetirlas y además, tengo repuestos por motivos que ahora no vienen al caso. Se trata de las manos y los protectores de la mano.

Así que presto me he decidido a separar esas piezas que había pegado anteriormente y cubrirlas con esa cola. Pero no hay que separarlas tirando, eso sólo destrozaría la pieza. Lo más inteligente si has unido dos piezas con silicona, es encender la pistola, esperar a que la punta esté bien caliente (no vale tocarla, bestias), y luego simplemente se acerca la punta de la pistola a la silicona que queréis eliminar y ésta sola se derrite y se puede separar ambas piezas sin perjuicio de ninguna de las dos.

Una vez separadas, podéis aprovechar para alisar la silicona sobrante pasando la punta de la misma pistola, tratando de no quemar el foam.

Piezas separadas, dedos embadurnados de cola blanca (es un proceso bastante sucio), sólo queda comenzar a poner papelitos. Recordad que, según vais poniendo papeles, la armadura tiene diferencias de altura, detallitos, debéis tenerlo en cuenta. Con la uña (ya tenéis las manos llenas de cola, qué más da), o con un palito metálico o algo suave pero consistente, apretad los trozos de papel bien para hacer esos “escalones”.

Dar la primera capa a las cuatro piezas (he quitado los dedos de las manos pero los he dejado juntos para no perderlos), ha sido un proceso largo y bastante asqueroso, pero una vez terminado, he podido quedar bastante satisfecho. Como recordaréis, las manos son las piezas que (aparte de la espalda) más problemas me dieron, y supongo que habrán sido las que más problemas me han dado para darles esa primera capa. Supongo que las dos siguientes serán igual de difícil. Debería darles una capa interior también, pero me va a costar mucho meter los trocitos de papel por dentro de forma útil, y al fin y al cabo, el foam que uso yo es bastante más grueso que el que usaba la simpática chica, así que probablemente, no habrá necesidad de dar capas interiores.

Ya finalizando la tarde he dejado las cuatro capas secando. Espero mañana ver qué efecto tiene y, si es bueno, daré las dos capas restantes. Si el proceso sigue siendo satisfactorio, comenzaré con las botas para poder poner la armadura de pie por sí sola de una puñetera vez.

Ha comenzado la fase de endurecido. No es con fibra de vidrio pero, con la ruina que tenemos, menos da una piedra.

NOTA: Los botes que estoy usando de cola blanca son del “chino”, valen unos 3 euros cada uno, y creo que tiene para bastante, aunque me temo que al menos 7 u 8 caerán en el proceso. En el tema de los papeles no estoy siendo mameluco, estoy cogiendo un gran taco de más de 500 folios que tenía en una estantería, pendientes de destrucción con antiguas versiones y galeradas pintarrajeadas de todas mis novelas. En lugar de pasarme una tarde con la destructora de papel, me paso una tarde pegando mis novelas a mi armadura.

NOTA II: Una vez terminéis, no tenéis que limpiaros las manos en un trapo que luego quedará pegajoso en inservible. Por asqueroso que parezca, podéis frotaros las manos un poco hasta que la cola se seque y vaya cayendo como la piel cuando nos quemamos en la playa. Procurad hacer esto sobre el cubo de la basura, no sea que vuestra madre/novia/esposa o padre/novio/esposo, os muerda en el cuello por dejarle el suelo lleno de virutas de cola blanca. Luego, con lavarse las manos con jabón, todo queda como si ni hubiera pasado nada.


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