La gente, por desconocimiento se piensan que los jabones artesanos desprenden mogollón de perfume, entre otras cosas, como que hacen mogollón de espuma. Y no necesariamente es así. Lo de la espuma tiene remedio con ingredientes naturales que no se desmarcan de la filosofía de una pero el tema perfume... ese es otro cantar.
Si se pretende elaborar un producto bien natural, lo naturalmente lógico es no echarle nada de fragancias sintéticas ni cosas artificiales... pero bueno, he querido experimentar y os cuento como me ha ido en mi primer uso.
En realidad es un jabón que huele a la flor de algodón, se supone... digo se supone porque nunca he olido yo esa flor... no tenemos plantas ni plantaciones de algodón por aquí pero puedo decir que huele a floral muy fresco, me recuerda a colonia de bebé.
Es un jabón básico con esencia aromática de algodón. Supongo que al leer el título os esperaríais ver un jabón bien blanco nuclear o como yo, al menos un color crema suave o verdoso o amarillo claro..... pues no.
Al principio, quedó así de chulo, bien amarillito con un cubierto como de yema tostada...
En cuestión de horas se puso así de curioso... no os recuerda a un turrón de yema tostada con cobertura total de chocolate???? Yo aluciné, desde luego. Esto del jaboneoooo.... nunca se sabe.
Por suerte, la consistencia quedó bien bonita, como de mazapán. Un corte impecable. Precioso.
Y pude comprobar que espumita va a tener... hmmmm....me encanta esta foto.
(ATENCIÓN: Yo que no tengo paciencia y en pocos días quise probarlo. Pero no lo hagáis vosotros, existe riesgo de quemazón ya que el jabón no se debe usar si no ha pasado sus semanas de cuarentena. No obstante, añado que no me picó ni nada, es estupendo).
Pues en las próximas horas fue cambiando de color, qué barbaridad como oscureció! Mirad qué diversidad de colores con los mismos ingredientes pero en dos remesas diferentes ... sólo cambié la proporción de esencia aromática.
Las dos piezas rectangulares son de la misma barra, la primera remesa y la más oscura es el primer corte. La del medio la corté un día después. Y la pieza con las aceitunas os cuento más adelante.
Al ver esos cambios tan repentinos, quise volver a probar a ver si era fallo mío... y como podéis ver en el resultado de abajo, con incrustaciones de figuras, no era así. Volvió a quedar de un amarillo bien bonito con los bordes más oscurecidos, cosa propia de los moldes de madera.
Cual fue mi sorpresa (y disgusto) que tras cortar la segunda barra estupendamente, a medida que pasaban los minutos ese amarillo iba perdiendo fuerza, se puede apreciar en la foto inferior.
CONCLUSIÓN: esa esencia aromática se debe oxidar al entrar en contacto con el aire, porque cuando acabé de cortar la primera barra unos días después cuando corté la segunda, el jabón seguía en su interior superamarillo-chillón-bonito de la muerte!
Al final, las piezas con las figuras no han quedado muy monas que digamos, de hecho ni os quiero enseñar fotos, quizá más adelante les haga alguna y la añado.
La pieza de las aceitunas está hecha con el jabón de la segunda remesa, o sea, la de las figuras, y mirad cómo quedó. Un color mostaza bien tostado. Y bien raro. Diferente total!
Tengo claríssssssimo que la culpa no fue del cha-cha-chá... sino más bien de esa esencia aromática que es el personaje nuevo en esta película y podría no haber contado estas peripecias, pero es una muestra más de lo que "sufrimos" los jaboneros artesanos, las sorpresas inesperadas. No obstante, salsa con gusto no pica. ;)
Porque no me digáis que no son bonitos igualmente? :D
Como dice la Pangálica (blog que sigo y premié en la entrada anterior), en la imperfección también se encuentra belleza. Al menos yo, sí la veo en estos jabones, y tú? ;P
Pronto más novedades! que me puse las pilas alcalinas. Y de las buenas! ;P