Como podéis imaginar le dije que sí, y lo dejé aparcado hasta tener algún ratito para hacerle uno, el caso es que la pobre se calló y estuvo con la pierna escayolada así que me puse con el cerdito para que la pobre llevará un poco mejor la inmovilidad que le supuso su pequeño percance y el resultado es este, me encanta el rabito.
Su dueña está encantada con el resultado y su madre y yo contentas porque le gustó mucho porque parece ser que quedó como ella quería, ni más grande ni más pequeño, ni más gordito ni más delgadito, era lo que ella esperaba, así que todo contentos.
Me queda pendiente una muñeca pero tiene que decirme cómo la quiere e intentaremos darle gusto y espero que no se vuelva a "averiar" el pie que para después de las vacaciones se la tendré preparada.
Me llevo esta entrada para el blog de Jen y su Viernes Hanmade de Little Kimono