Los trajes oscuros se ven más por la noche, pero de día destacan entre los de más colorido. En mi caso elegí un tono verde botella, en una tela de popelín, en Galerías Madrid. Yo misma diseñé el patrón a partir de un vestido ajustado, y lo adapte a las líneas clásicas de los trajes de gitana, buscando el estilo de las bailaoras de flamenco, sobre todo en los volantes de las mangas. Aparte del corte sencillo, no quise ponerle más adornos que su propio color, y un bolsillo con cremallera, escondido en el segundo volante.
El vestido no lleva nada, así que es el mantoncillo el único protagonista. En este caso, un brocado de seda con flores beige estampadas y hojas verde oscuro, sobre un agua a betas rosa y gris. Para los flecos utilicé hilo de viscosa en gris. El enrejado es original. Si lo tocas, ¡quieres ponértelo!
Cuando eliges un diseño tan lineal para un vestido, no puedes acompañarlo de un mantoncillo que deje indeferente. La tela, el fleco, el enrejao... llevarán a un estilo distinto, con elegancia. No olvides escoger unos complementos llamativos, sobre todo, los pendientes.
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