Con apenas 13 años yo me sentía toda una diseñadora cada vez que confeccionaba una mini faldita con tela de popelina para pegar en mi cuaderno, falda en A, recta, con abiertos en fin, como en todos los tiempos en esa época empezaron a salir telas con estampados floreados que me encantaban y cuando nos tocó presentar una falda para nosotros yo elegí una tela blanca con estampados florales negros y me confeccioné una falda recta con abierto atrás que hasta mi mami se la ponía, pues era delgadita y curvilínea, además muy vanidosa, jajaj en el buen sentido de la palabra.
Algo más o menos así :
Imagen tomada de Pinterest
Pero porqué les cuento esto?
Pues aquí va lo bueno lo malo y lo triste:
Resulta que además de recibir clases de corte y confección como les dije en un principio, también recibía clases de tejido. Aprendí muchas puntadas lindas a dos agujas y luego poco a poco de crochet.
Hacíamos cuadritos con puntadas diferentes y las pegábamos junto a la explicación en un cuaderno de dibujo que era con hojas en blanco.
PUNTADA MARGARITA
PUNTO INGLES
En fin muchas lindas puntadas que las pueden encontrar en esta lista de reproducción
Pero bueno...se acercaba una Casa Abierta con todos los hermosos trabajos que habíamos hecho durante el primer trimestre y nos esmeramos por hacer lo mejor para poder ser parte de la exposición ya que con tantas alumnas era difícil colocar todo para el público invitado y me puse feliz ya que mi linda falda al igual que un lindo saco holgado con cuello redondo en punto ladrillo color gris.
Imagen de referencia tomada de Pinterest
Que felicidad saber que un trabajo de uno es recompensado al presentarlo en una casa abierta, pero como todo lo bueno se acaba ...un par de años después y como le habrá pasado a cualquier persona vivir sólo con mamá y atravesar problemas económicos....sniff...vivíamos en unas piezas feas y húmedas y no tenía un ropero para colgar mis prendas así que colgando de un alambre con dos clavos y tapando con una linda tela para disimular, allí reposaba mi ropa, pero como la casa tenía un gran patio con césped eso atraía a los roedores y una de ellas entró sin permiso a mi cuarto y en una mañana fría cuando tomé el armador con mi saco, sentí algo pesado y al sacudir cayó una rata y dejó un gran hueco en la axila de él.
Lloré como no tienen idea, pero bueno dejando el asco normal que se puede sentir lo lavé en agua muy caliente, y como el saco era flojito lo zafé desde la sisa hasta el cuello y también parte de las mangas para volver a rehacerlo, desde allí tuvimos mucho cuidado y fumigamos muy bien nuestros cuartos hasta poder buscar otro lugar mejor donde ir, pero nunca me desanimé y a pesar de las limitaciones que pasábamos mi sueño de llegar a ser diseñadora o maestra en esta rama nunca terminó, son experiencias que uno tiene que pasar en la vida para poder ser grandes, así a pesar de las circunstancias no debemos decaer...
Espero les haya gustado que comparta con ustedes esta parte triste y ala vez divertida de mi vida.
Verónica Jara.
NOTA: Si tienes una historia que contarme con una anécdota como tejedora, puedes enviarla con tu nombre, fotos y país a mi correo feriaexpolanasytejidos@gmail.com con gusto la compartiré en mi blog.
Suscríbete a nuestros feeds.