Y hoy escribo esto, por que necesito hacer un homenaje y sí, también porque necesito sacar toda la pena que siento. Así que hoy me vais a permitir un post triste.
Si no os gustan los animales no lo leáis porque hoy va a dedicado a uno muy especial, el más especial para mi.
El sábado se nos fue nuestra peluda.
Mi niña, Thaya.
Te conocí un sábado del 2001 (un año no muy bueno), cuando fui a buscar un regalo sorpresa que me iban a hacer unos amigos después de un largo viaje. Un regalo porque vivía sola y siempre decía que era una pena llegar a una casa vacía.
El regalo era otro peludo, pero el caso, es que de repente te vi a ti. Y cruzamos las miradas, y me enamoraste.
Supe desde ese momento, que ya no estaría sola nunca.
No se dónde leí hace tiempo, que es el peludo el que te elige a ti, y en mi caso, fue así.
Has pasado mucho, y has sido una luchadora, hasta el final. Y lo que más pena me da, es que esta vez no lo esperábamos y fue todo tan rápido...
Pero hoy, a pesar de tener los ojos hinchados de llorar, no quiero seguir triste. Así que quiero recordar algunas de las cosas que me hacían feliz contigo. Y solo algunas porque eran muchas.
Me hacía feliz el llegar a casa y verte venir corriendo y saltando hacia mi.
Me hacía feliz cuando te daban los "tabardillos", esas carreras rápidas y locas que hacías y que siempre acababas a mi lado, esperando que te acariciase.
Me hacía feliz el que no te separases de mi cuando sentías que algo no iba bien en mi vida.
Me hacía feliz verte en las vacaciones descubriendo el mar.
Me hacía feliz verte "robar" una zanahoria. Le encantaban y era capaz de quitárselas al conejo que tenemos y dejarle solo, las hojas verdes. Eso sí, luego se las acercaba con el hocico, cómo diciéndole, "venga no te enfades que comparto esto" y poner carita de buena.
Me hacía feliz verte correr por la montaña, registrando cada árbol, arbusto,...
Me hacía feliz correr detrás tuya cuando mientras cocinaba, se me caía alguna cosa y te lanzabas a por ella.
Me hacía feliz verte cuidar y jugar con el pequeñajo desde que llegó a casa.
Me hacías feliz hasta cuando plantaba bulbos y tú te dedicabas a desenterrarlos apenas me daba la vuelta.
Y hay tantas cosas más....
GRACIAS por cada uno de los momentos que me has dado.
Los que tengáis un peludo en vuestra vida, ya lo sabéis, y los que no, si llega a vuestra vida uno, cuidadlo, SIEMPRE.
Porque sí, os deberéis hacer cargo de él, y sacarle, y llevárosle de vacaciones, al veterinario,... pero os merecerá la pena al 200%, porque el amor incondicional que dan, merece TODO.
A todos los que me habéis apoyado en estos días, gracias, de corazón.