Hoy toca post de reflexión, os aviso :-). Porque como os decía en aquí, hace dos semanas tuve la suerte de asistir a una charla con Rocío Ramos-Paul, esa mujer que tanto me impresionaba manteniéndose firme como una roca ante niños que a mí me hubiesen sacado de quicio a la primera. No había rabieta que se resistiese a Súper Nanny y por eso yo seguía sus programas hipnotizada cuando mis hijas eran más pequeñas.
La charla estaba patrocinada por Febe, la asociación española de bebidas alcohólicas y estaba centrada en su campaña "Menores ni una gota". ¿Y por qué es precisamente Febe quién está interesada en prevenir el consumo de alcohol en menores?? pues porque tienen claro que prefieren a diez consumidores de una copa, que a uno de diez copas, como todos creo yo.
Para ello han realizado una guía dirigida a padres y a menores con el objetivo de retrasar la edad de inicio del consumo que en estos momentos en España está en (horror!!!) 13,9 años!! es evidente que como padres nos tiene que interesar (y preocupar a la vez) porque tres de cada cuatro menores declaran haber bebido en el último mes y la mayoría con el objetivo de emborracharse. Si las estadísticas no resultan lo suficiente aterradoras simplemente tenemos que ver un programa de Hermano Mayor, o recordar lo que hicimos nosotros...(eso quizás es la que de más miedo de todo) para empezar a tomarnos este tema muy en serio.
Hay dos razones fundamentales por las que un adulto puede tomar alcohol (con moderación) y un adolescente no: porque el cuerpo de un menor todavía está creciendo y el alcohol afecta negativamente al crecimiento neuronal. Y por un tema de actitud, un adulto está preparado para ser responsable de sus actos, un adolescente busca satisfacer sus deseos rápidamente, así que si la primera copa le sienta bien, seguirá tomando sin pensar mucho más allá.
Podéis descargar la guía completa aquí. Yo tengo una copia y me la he leído del tirón, porque aunque mis hijas aun son pequeñas, en nada la mayor estarán rozando esos 13,9 años y si algo puedo hacer para que su ocio no se base en el botellón, no lo voy a dejar pasar. Es bastante amena, se lee rápido y da respuestas y propuestas a las situaciones y conflictos más comunes.
La idea de la campaña es que se extienda en el tiempo y que cada vez sea más difícil ver esos botellones llenos de menores en nuestras ciudades. Es cierto que es muy difícil cambiar ciertas actitudes (sobre todo las que vienen marcadas por el grupo, que es lo más importante para un adolescente, no lo olvidemos), pero también parecía imposible que en este país no se fumase en los bares o que no se respetase en límite de velocidad. Si algo tenemos que hacer como padres es no mirar hacia otro lado, involucrarnos y dar alternativas de ocio saludables.
Rocío nos dejó claro que los padres de adolescentes tenemos derecho a ser pesados, a repetir las cosas mil veces hasta que se les queden (y se les quedan...), tenemos que hablar mucho con ellos, que exigirles responsabilidades, que negociar y ceder en ocasiones y que confiar también en ocasiones. Pero siempre tenemos que ser muy firmes en trasmitir la idea de que la diversión y la adrenalina está en muchas partes, no sólo en el alcohol. Si todos ponemos algo de nuestra parte, quizás el ocio de nuestros adolescentes empiece a cambiar (ojo, que no sólo es un problema de España, sólo hay que pasar una semana en Baleares para saber que los adolescentes europeos no están mucho mejor...)
Yo me hubiese quedado horas escuchándola, la verdad, lo tiene todo tan claro que me la hubiese traído a casa hasta que mis hijas cumplan 18 :-), pero no se puede, claro que siempre podemos consultar toda la información en esta web.