Fue entonces cuando tuvimos el planteamiento: "Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma". Es decir, nos decidimos a fabricar los relojes nosotros mismos, a partir de los diseños que más atractivos nos habían resultado y con un coste mínimo.
El primer reloj que fabricamos fue el que iría en la cocina. Para hacer este reloj, me inspiré en el OJ Nomon, que siempre me ha resultado un diseño muy interesante, por resolver con los elementos mínimos y necesarios las necesidades de un reloj.
Su fabricación fue realmente sencilla y sólo fueron necesarios unos listones de madera de pino, un recipiente especiero Grundtal de Ikea, adquirido en Oportunidades, la maquinaria de un reloj y pintura en spray de color plata.
Con estos elementos, el resultado fue el que se puede ver en las fotografías.
El siguiente reloj que hemos realizado ha sido el que hemos colocado en el salón. En el proceso de búsqueda de relojes, encontré uno que me llamó especialmente la atención. Se trataba del reloj Decode Clock, diseño de Arthur Yung y Clement Cheung. Su atractivo radicaba en su diseño enigmático, que aparentemente mostraba un código oculto en las señales horarias, que finalmente resultaba no ser tal enigma, ya que todo se resolvía al pasar la aguja por cada una de las horas.
Partiendo de esta base, decidimos interpretarlo a nuestra manera, y lo primero que hicimos fue transformar los números de inglés a español. La realización de este reloj también fue de lo más sencillo. Para su construcción empleamos una bandeja Skala de Ikea , la maquinaria de un reloj Tajma de Ikea conseguido en Oportunidades, cartón negro para realizar la aguja horaria y papel pegatina transparente donde imprimir los números.
El resultado final fue el que se puede ver en las imágenes.
De esta forma ha sido como hemos conseguido tener los relojes que queríamos sin tener que desembolsar mucho dinero, que es importante en estos tiempos que corren.