En el post de hoy simplemente le doy otra utilidad a unas tazas preciosas que compré en un mercadillo de antigüedades (os hablé de él AQUÍ). Era un puesto de despiece de vajillas y había piezas sueltas: dos tazas, cinco platos, una sopera...
Las tazas son de porcelana y pintadas a mano (vamos, que de lavaplatos nada de nada).
Ahora está muy de moda utilizar piezas de distinta procedencia para poner la mesa:
Vía: Cheap and cool
Estas piezas sueltas también se pueden utilizar para decorar un comedor, o una parte de la cocina destinada a comedor:
Vía: Bueno, bonito, barato
E incluso se pueden utilizar de una forma más... peculiar:
Vía: Hogarismo
Hoy os propongo una nueva utilidad para las tazas: como palmatorias.
Yo lo he hecho utilizando restos de velas aromáticas (en invierno, que se abren menos las ventanas, me gusta encender al final del día una vela aromática en el salón, además de dar un ambiente muy acogedor purifica el aire y elimina olores que hayan podido escapar de la cocina).
Es muy sencillo: en un recipiente de metal desmenuzamos los restos de velas que vayamos a utilizar y los ponemos al baño maría, con el agua hirviendo muy suavemente.
Mientras, colocamos los cabos de vela en las tazas y los sujetamos con pinzas de la ropa para que se mantengan bien tiesos (también se pueden atar a un lápiz, pero los míos eran dos trocitos muy pequeños y con las pinzas fue suficiente). Cuando la cera esté fundida la vertemos con cuidado en las tazas y las dejamos sin moverlas hasta que endurezca (yo las dejé toda la noche).
Ahora tengo dos velas totalmente nuevas y unas palmatorias bellísimas. Por supuesto que si las tazas las tenemos en casa o son de nuestras madres/abuelas pues tanto mejor.
Y eso es todo, en una tarde de lluvia nos hemos hecho de velas nuevas en tazas viejas.
¿Os gusta?. ¿Tenéis costumbre de usar velas cuando llega la noche o para ambientar?.
Espero vuestros comentarios, aquí o en facebook.
Hasta la semana que viene.