http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/las-noches-blancas-por-milena-busquets-6090056
Ni yo tenía 20 años ni mi abuela bajó con una túnica blanca de un coche un amanecer en Cadaqués.
Yo era mucho más niña y todo era mucho más simple. Mi abuela sólo tenía que asomarse a la esquina de la plaza mientras los músicos tocaban de fondo y la gente bailaba al son de los pasodobles en esos días de las fiestas del pueblo.
Para ella quizás era muy tarde ( las 12 la 1 de la noche ? ) para que yo estuviera aún en la calle aunque fueran fiestas y además mi madre no estaba, con lo cual era para ella una doble responsabilidad.
Yo la había visto de reojo muchas veces y me hacía la distraida, pero sobre todo le rezaba a todos los santos para que no se le ocurriera llamarme o decirme que me tenía que ir a casa delante de mis amigos y morirme de verguenza.
Ahora casi se ha convertido para mi en una obsesión el que mi hija me mandé un whatsapp cuando llega a donde quiera que haya ido. No me importa el sitio, ni la hora, no la quiero controlar, solo saber que está bien esté donde esté.
Hace años que mis vacaciones no coinciden con las fiestas de mi pueblo, pero la última que vez que estuve miré la esquina varias veces..... y también lo entendí todo: Ella no me controlaba, solo quería ver que estaba bien.
Y sí, seguramente yo tambien sería capaz de bajar a una playa de madrugada enfundada en una túnica blanca o como Dios me trajo al mundo si fuera necesario, con tal de ver que mi hija esta bien.