Hace tiempo que en pinterest y en blogs de decoración vi esta clase de lámparas. Y necesitaba una luz al lado del sofá. Y de no sé dónde (de la calle, creo), había recogido una escuadra de madera nuevecita. Así que la lijé bien para quitar todos los cantos y esquinas y la pinté de verde esmeralda. De nuevo no sé si llamar así a ese color, porque lo obtuve mezclando yo las pinturas (me encanta).
Primero el producto acabado, tal como lo tengo ahora, con unas hiedras artificiales (las de verdad se me morirían).
Ahora el paso a paso. La calidad de las fotos es malísima, no sé por qué.
Parece un dibujo pero os juro que es una foto.
Ya pintada de verde, con el casquillo y la bombilla de bajo consumo.
Luego se estropeó el casquillo blanco, que era reciclado, y lo cambié por otro negro, también reciclado.
Y aquí se ve encendida, con la hiedra alrededor y alumbrando a mi gato Tuso. Es de día, pero como vivo en un bajo-alto, a veces la enciendo para tener mejor luz para el ganchillo o las manualidades.
Por cierto, en la ventana se ve mi última creación, una cortina de ganchillo. No sé si le haré una entrada independiente, con lo que me cuesta hacer los post últimamente...
Muchas gracias por vuestras visitas y vuestros comentarios.