Hola, hola. A esta Navidad de 2014 le queda un suspiro. La fiesta de Reyes, y en mi familia, la merienda que mi hermana Rosa hace para reunir a todos los sobrinos. Se ha convertido en una tradición. Empezó con ellos siendo niños, y ahora reúne incluso a sus dos nietos. La familia aumenta, y en su casa siempre caben todos.
Siempre le llevan algún regalito: unas flores, un libro, o como en esta ocasión, un precioso broche de una libélula para que la luzca en sus chaquetas. Y como no se pueden entregar las cosas de cualquier manera, he hecho una cajita para el broche y una tarjeta para que firmen todos y le agradezcan así la tarde divertida que les hace pasar.
Como casi siempre, he andado apurada de tiempo, así que he recurrido a mi Silhouette Cameo para que me ayude. Es como la Thermomix del scrap, jaja. Vale para todo.
Para la tarjeta he utilizado la forma de una etiqueta muy sencilla. La he recortado en dos tamaños, una base lisa y un papel de flores de K&Company. He pegado las dos partes y lo he doblado por la mitad para darle forma de tarjeta. Su nombre y una flor hecha también con la maquinita, y listo.
Y para poner el broche, he cortado una cajita que encontré en Internet. Preciosa, se cierra con una flor, y queda perfecta. Sólo hay que darle el tamaño necesario para que quepa el regalo.
Un conjunto delicado, ¿no os parece?
Espero que os guste y aprovecho para desearos Feliz Año Nuevo. Si se cumplen la mitad de los buenos propósitos que nos hemos hecho otra vez, como siempre, yo me daría por satisfecha.
Gracias por pasaros por aquí, y hasta pronto.