Buenos días, aquí estoy de buena mañanita aprovechando el tiempo, ahora que todos duermen todavía en la casa, para mostraros la manta de Juan. Hace un tiempo que publiqué una foto en Facebook, y causó sensación, creo que más que cualquier otra cosa de las que hice yo misma .
Porque sí, en efecto, esta manta no la he hecho yo, la ha hecho Juan, y ha resultado ser súper práctica, calentita, y bonita. Bueno, no voy a desmerecer el hecho de que he contribuido un poco a su creación, aunque sólo dando consejos, todo el trabajo lo ha hecho Juan.
Como ya habéis podido imaginar esta manta está confeccionada con el mismo telar con el que hicimos la funda para el libro. La lana elegida en este caso fue Polaris de Drops, porque es 100% lana, porque es de las más gruesas que encontramos y porque nos gusta ese aspecto de cardado reciente, es decir, la fibra no está muy trenzada (¿entendéis a lo que me refiero?). Los colores elegidos fueron lila, gris, dos tonos de marrón y un granate que le da un toque diferente, pero muy acertado.
La manta consta de tres tiras del ancho máximo que permitía el telar, y tengo que reconocer que no tengo ninguna foto del proceso de creación, porque creo que cuando la hicimos no tenía pensado publicarla en el blog. Pero bueno, no hay problema porque aquí os muestro estas fotos para que os hagáis una idea de lo que fue. Como os digo, la manta está hecha con tres tiras de 50 cm de ancho, o sea, 150 de largo en total, por 120 de ancho .
Una vez terminadas las tres tiras, en las que Juan fue alternando los colores conforme le sugería su creatividad, las cosió y entonces fue el momento de pensar en la manera de darle mayor consistencia, porque este tipo de tejido hacía que la manta no quedase muy firme, y nos daba miedo que se deformase con el uso.
Además, al cogerla, los dedos se nos metían entre las lanas tejidas y no la queríamos romper, así que decidimos coserle por la parte de detrás esta manta. Y así lo hicimos. En un primer momento pensamos ponerle una cinta de manta rematando todo el borde, pero no nos resultó fácil encontrar el color adecuado, así que optamos por ese punto de manta, que tenían las que había por mi casa cuando yo era niña, y que le da un toque rústico, muy adecuado. Y Juan tuvo la paciencia de ir cosiendo tooooodo el borde puntada a puntada, con el punto más uniforme que pudo hasta finalizarla.
Y este es el resultado final ¿qué os parece?
A mí me parece una auténtica obra de arte, si pudierais tocar la textura final, el grosor del resultado y la suavidad de la lana, sería una estupenda manera de apreciar el gran trabajo hecho. Tan solo queda que imaginéis lo que es dormir una siestecita de invierno en el sillón tapaditos con esta mantita junto a una buena lectura. Por aquí dicen que esta manta te atrapa y te induce al sueño jajaja....
Me encanta poder compartir esta afición con Juan, y espero que este haya sido el primero de muchos proyectos creativos compartidos.