Me gusta mucho la suavidad que deja en la piel la leche de cabra y pensando en con que podría combinar este jabón pensé en el yogur griego como un buen aliado y si comprobamos las propiedades que este componente puede aportar a nuestra piel creo que no me he equivocado, si si, ya sé que por los componentes que lleva parece más la receta de un postre, pero no, es de jabón jejejeje….
Como ya sabemos el yogur está compuesto por una serie de bacterias probióticas, que ayudan al organismo, debido a que consumen los recursos de las bacterias “malas” de nuestro organismo, y por lo tanto estas no pueden crecer, quedando asi nuestro sistema de defensa fortalecido.
Estas bacterias probióticas se quedan alojadas en los intestinos formando parte de nuestra flora intestinal. Se dice que la salud empieza en los intestinos y se puede decir que la belleza también. El yogurt es verdaderamente útil para una piel saludable, ya que al mantener los intestinos limpios, estos pueden llevar a cabo la absorción y eliminación de los nutrientes con una mayor eficacia, lo cual se refleja inmediatamente en la piel, debido a que ésta ya no tiene que servir como segunda opción para eliminar toxinas o desechos tóxicos difíciles de desalojar, por lo que se puede decir que el consumo habitual del yogurt casero u orgánico de preferencia (el industrializado muchas veces trae harinas y mucha azúcar refinada) promueve en gran medida la juventud y belleza general.
El yogurt además de estar compuesto por las bacterias probióticas también contiene vitaminas y minerales, como el calcio, hierro, magnesio, zinc, potasio, etc, por lo que no sólo tiene beneficios en la piel cuando se ingiere con frecuencia, sino cuando se aplica directamente sobre la piel o el cabello en forma de mascarilla. El yogurt actúa como antioxidante, desinfectante y refrescante, dándole a la piel un aspecto realmente joven, además de que ayuda a sanar diversos padecimientos como el acné, la resequedad y la opacidad.
Además de las propiedades del yogur también contamos en éste jabón con las de la leche de cabra, si recordamos entradas anteriores la leche de cabra posee proteínas que facilitan la incorporación de los nutrientes junto con el agua a través de las membranas al interior de las células de ahí la intensa suavidad que proporciona (para ver la explicación completa la podeis ver en el jabón de leche de cabra y arcilla verde, o pinchando aquí), su uso también está indicado para tratar pieles alérgicas o dañadas como la psoriasis, eczemas o piel excesivamente seca.
Y por último, pero no menos importante tenemos la acción de la miel en éste jabón, que aporta propiedades humectantes, sirve de bálsamo limpiador por su contenido de ceras, azúcares y minerales. También puede ser utilizada como antioxidante, ya que protege contra daños causados por los rayos solares y como regenerador de la piel reseca y marchita. Pero ahí no acaba todo, ya que la miel puede ser antibacteriana y antiséptica pues también ayuda a la cicatrización y es muy útil en los tratamientos del acné. Es hidratante e ideal para pieles sensibles.
Que más se le puede pedir a un jabón? …….
Bueno pues a parte de los componentes principales su receta también lleva, aceite de oliva, aceite de coco, aceite de almendras, cera de abejas, leche de cabra, y después de alcanzar la traza es cuando le añadí el yogur griego (que es más cremoso que el normal) y la miel, para el sobreengrasado y para añadir los colorantes reservé el aceite de almendras.
En ésta entrada os muestro mi primera versión de éste jabón, en la próxima subiré fotos de la segunda versión que hice, con la misma receta pero una estética diferente, a ver cual os gusta más……