Por fin!! las fotos del jabón rebelde.
Simple, simple de hacer.
Con aceites de oliva, coco y rosa mosqueta en la traza. Sal Rosa y aceites esenciales de sándalo y salvia.
Con poca espuma pero con unas propiedades que quitan el " sentío ".
La sal rosada del Himalaya es la más pura y completa que existe en el planeta y es la sal energética más curativa que se conoce. Con la ayuda de esta sal nuestras células son capaces de regresar a un estado de equilibrio tal que es posible curar o aliviar ciertas afecciones propias de la piel (como la psoriasis) y del cuerpo en general: activa el sistema circulatorio, regenera la piel y la libera de impurezas, ayuda a combatir la fatiga, el estrés y el cansancio acumulado y es indicada para relajar y revitalizar el cuerpo.
A diferencia de la sal que se consume tradicionalmente, la sal natural del Himalaya lleva en su composición los mismos 84 elementos de los que dispone el cuerpo humano y en la proporción exacta que éste necesita, por lo que su consumo es recomendado en infusiones para tratar problemas renales, artritis, trastornos digestivos e hipertensión. Y sobre la piel, en forma de jabones, también tiene efectos increíbles: deja sobre la epidermis una fina e invisible capa protectora que previene el mal olor que causan algunas bacterias, dejando la piel fresca y limpia sin tapar los poros. El jabón de sales del Himalaya es recomendado para pieles secas, pues su sal retiene agua y no reseca, contrario a lo que muchos piensan.
A mi, a pesar de que al principio me llevé una pequeña decepción, quizás porque me quedó feo al cortarlo, porque se me rompía todo y porque además tenía una espumita muy escasa, tengo que reconocer que conforme van pasando los días y lo voy usando a diario cada vez me gusta más.