Hace unos meses tuve la oportunidad de hacer una pequeña colaboración con Malabrigo, y se me ocurrió ser super original y diseñar una prenda grande y vistosa, pero no me salía. Así que probé con una de las máximas de Elizabeth Zimmermann. Esta visionaria del mundo del tejido tenía un saco de trucos que más parecía el baúl de la Piquer. Recuerdo un truco suyo para probar la tensión de un jersey de trenzas tejido con circulares. Ella sostenía que, montando la mitad de los puntos que usarías para el elástico de un jersey en una aguja circular corta, te salía un gorro. Y a partir de ahí podías jugar con el diseño, y equivocarte con él, sin necesidad de montar un montón de puntos, y modificar el grosor de la aguja a placer hasta obtener la tensión necesaria para el jersey. Es también una buena forma de probar si te gusta un patrón y al final te sale un gorro que siempre puedes usar o regalar.
Yo empecé un gorro, y despues de muchas pruebas decidí que lo que quería tejer era eso, un gorrito precioso con una lana jaspeada. Hasta conseguí cerrarlo de forma que quedara bonito, que no es poca cosa. Me encantó el resultado y tejí un cuello a juego.
La modelo para la ocasión es mi maravillosa cuñada Sara O. Jordell, una de las mujeres más bellas y elegantes que conozco, y que siempre sale bien en las fotos. Lo cual me encanta porque yo no soy de salir bien en fotos, a no ser que las muecas y los ojos cerrados en 9 de cada 10 fotos sea un resultado deseable
El diseño del cuello y el gorro se parece a unos relojes de arena, o según a quien preguntes se parece a unas morcillas de Burgos, o a unos chorizos de Teror. Referentes alimenticios aparte, y como los diseñé yo, he bautizado ambos patrones como Hourglass. Puedes encontrar estos patrones, y muchos más, en mi página de Ravelry.
Fuente: este post proviene de Tejiendo en la Isla, donde puedes consultar el contenido original.
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