Las tareas habituales se dividen en dos categorías: la decoración en las casas y los disfraces de los peques. Un detalle esencial del atuendo es el complemento para guardar las chuches. Siempre a tono con el espíritu de la fiesta, puede ser una bolsa decorada con motivos espeluznantes, o una cesta en forma de gorro de bruja. Escogeremos esta graciosa idea para nuestro diseño.
El cartonaje está de moda en el foro, y hemos querido sumarnos a la bulliciosa corriente creativa con un gorro de bruja hecho de cartón. El material que se emplea en la mayoría de los adornos de cartonaje tiene dos y hasta tres milímetros de grosor. Para nuestro gorro hemos elegido cartón de 1 mm, que tiene como veremos excelentes aptitudes para simular un tejido añejo y rugoso, propio del rincón de costura de una malévola hechicera.
Comenzamos la tarea fabricando el ala, para lo que dibujamos una circunferencia en el cartón, con la ayuda de cualquier objeto redondo. Hay muchos en la cocina, basta elegir uno de tamaño adecuado a nuestro diseño.
Cogemos ahora otro objeto redondo más pequeño para hacer el hueco donde irá el cucurucho. Lo desplazamos del punto central, ya que nuestro gorro tendrá el ala asimétrica.
Llegamos al truco decisivo de la tarea. Humedeciendo el cartón con un pulverizador, podremos ablandarlo para darle la forma que nos apetezca. ¡Y lo mejor es que una vez seco mantendrá la forma!
Hemos doblado el círculo de cartón para que parezca el ala de un sombrero de tela. Lo dejamos al sol en una maceta, sujeto fácilmente por las ramas del arbolito, y se seca en poco tiempo, conservando la forma que le hemos dado.
Proseguimos nuestro diseño con la parte cónica del sombrero, pieza muy característica que hace inconfundibles a las brujas de Halloween. También lo recortamos en cartón de 1 mm, y lo sometemos igual que el ala al proceso de mojado y torsión.
¡Y ya tenemos la base para un convincente gorro de bruja! Hemos hecho la parte cónica mayor de lo necesario, para ajustarla después del secado al montar las dos piezas. La rigidez adquirida por el cartón al secarse hace que el cierre del cucurucho no requiera pegamento, simplemente lo sujetamos por la base con unas pinzas de manualidades.
Llegamos a la fase de pintura. Hay muchos productos adecuados para esta labor, nosotros hemos optado por la acuarela, dando salida a varios tubos de nuestro talle que estaban caducados. Mezclamos en el platillo azul marino, gris y siena oscuro.
La acuarela es rápidamente absorbida por el cartón. Los brillos de la superficie desaparecerán al secar, quedando un acabado mate que junto con la textura rugosa del cartón simula bien el tejido gastado y añejo de una bruja de pro.
Nuestro gorro está casi acabado. Sólo falta ponerle una banda de tul en la base del cono, y una cuerda para llevarlo como una cesta.
El gorro de bruja está acabado. Le hemos puesto un elegante cordoncillo negro de pasamanería, a modo de asa.
Y aquí vemos a la pequeña Alicia, la brujita más linda de la comarca, muy contenta con la cesta para los caramelos que llevará en Halloween este año. Sólo ha puesto una pega: piensa recopilar tantas golosinas... ¡que necesitará dos gorros de bruja, asegura! ¿Truco o trato?