¡Qué ilusión me hace empezar esta serie!
Voy a hacer una confesión y creo que no le va a sorprender a nadie... a veces compro los yogures únicamente por el bote de cristal. El yogur está bien, la verdad es que no me entusiasma, pero los botes de cristal... ah, eso ya es harina de otro costal. Cada vez que paso por algún sitio donde tienen yogures, flanes, mousses o lo que sea en bonitos recipientes, mis neuronas (las dos) empiezan a pensar y pensar qué uso podría darles. Como el pompón peque y el pomelo son adictos a los lácteos, los acabo comprando para su disfrute con la conciencia bien tranquila. De hecho, hace una semana compré cuatro botellitas de nata líquida ATO, porque el nuevo envase es para morirse de bonito.
En fin, que los botes de cristal son una de mis debilidades. Me encantan, me chiflan, me vuelven loca y los acumulo como diogenera que soy, siempre a la espera del proyecto perfecto, porque no los voy a desperdiciar con cualquier cosa, ¿no?
Pues no, no con cualquier cosa. Los he usado para hacer unos farolillos de Navidad súper bonitos, que a los pompones les encantan y que nos sirven para la tradición más navideña de Casa Pompón: encender velas a partir de las seis de la tarde todos los días de diciembre. Pero todos.
Hay pocas cosas que me gusten tanto como estar todos abrazados en el sofá, viendo una peli y comiendo palomitas a la luz de las velas. Especialmente si estamos todos en pijama y al día siguiente no hay clase. O si es una tarde, temprano y nos medio dormimos mirando la peli, mientras fuera diluvia. O una mañana, sin vestir todavía y sin planes de salir de casa en todo el día. En fin, ya pilláis la idea: adoro mi sofá. Sí, sí, a mi familia también, claro, pero sofá, manta y peli...
Total, que nuestro primer proyecto de Navidad son estos farolillos, fáciles de hacer y resultones, que podéis fabricar en casa con muy poca cosa:
- Botes de cristal
- Alambre de acero (lo podéis hacer con aluminio, que se moldea con la mano, si no tenéis alicates)
- Alicates de joyería (en Tiger tienen)
- Vinilo autoadhesivo (Aironfix de toda la vida)
- Pintura en aerosol
Para empezar vamos a hacerle el asa al farolillo. Podéis hacerlo sin asa también, si os da pereza, pero la gracia está en que con asa son transportables y los podéis llevar, si queréis... ¡a la cabalgata de los Reyes Magos! En lugar de velas normales ponedle una vela de LED y hala, os vais con el farolillo de peregrinación real.
Para hacer el asa, primero rodead con el alambre el cuello del bote. Enrollad la punta sobre el propio alambre, dejando medio dedo o un dedo de distancia con el bote. Luego estirad bien para apretarlo un poco y cread el asa.
Cortad el alambre con los alicates del tamaño que queráis y pasad la punta entre el bote y el alambre.
Doblad la punta con los alicates y ya tendréis el asa terminada.
Ahora vamos a decorar el bote en sí.
Recortad las formas que queráis en un trozo de vinilo autoadhesivo. Yo tengo debilidad por las estrellas, así que eso fue lo que hice. Ojo, porque primero probamos a hacerlo con etiquetas autoadhesivas, pero se pegan al bote y no salen bien, así que es importante que uséis aironfix o cualquier cosa similar, que se despega sin dejar rastro.
Cuando ya lo tengáis decorado como más os guste, llega el momento de pintar. Nosotros teníamos pintura dorada y un bote de... a ver cómo lo explico... un aerosol que crea el efecto de cristal traslúcido. Si tenéis pompones este va a ser su paso favorito.
Pintar con aerosol no tiene misterio, pero hay que mover el bote incansablemente y aplicar capas finas, porque si no, se hacen goterones, como con cualquier otra pintura. De hecho tuvimos que lavar a consciencia los botes un par de veces porque no habían quedado bien del todo.
Dejad secar unos 10 o 15 minutos, o hasta que esté seco al tacto.
Antes de retirar la pegatina, pasad un cúter por todo el contorno. Si no lo hacéis, es posible que arranquéis parte de la capa de pintura y que los bordes no queden perfectos.
Arrancad el aironfix con muchísimo cuidado... ¡y ya lo tenéis! Poned una vela dentro, si es posible que huela a canela o a manzana, tapaos con una manta de ganchillo, mejor si la seguís tejiendo y os tapáis con la parte terminada. Poned una peli de nuestra lista del año pasado y pasad una tarde perezosa y eterna, con todas las luces apagadas.
¿No os parece que el mes de diciembre es increíble? A la que se enciende la iluminación navideña y se abren los puestecillos de venta de adornos, se me instala una sonrisa perenne. ¡Volved mañana, que habrá más!