En Eslamoda.
Un todo en uno: pasaréis una tarde muy agradable, habrá trabajo para los mayores (hay que utilizar algunas herramientas), los niños también tendrán su parte de colaboración y… voilà!, tendréis un lugar perfecto donde guardar los trastos infantiles. Además, con esta buena idea podrás hacer que tus hijos se motiven mucho más a la hora de ordenar sus cosas.
De la decoración hablaremos más adelante; ahora vamos a centrarnos en la construcción en sí.
Cómo reciclar cajas de madera
Lo primero de todo es conseguir las cajas. Para ello, acércate a una frutería o un supermercado para hacerte con la que más te guste. Las hay de diferentes tamaños, estabilidades y formatos, así que es posible que tengas que dar un par de vueltas antes de encontrar la adecuada.
Una vez que tenemos la caja, deberemos revisarla atentamente y trabajar en los peligros que puede presentar para los pequeños: hay que lijar bien para evitar que queden astillas, asegurarse de que todas las puntillas están bien ocultas y fijas, reforzar la caja si fuera necesario, así como pintarla o darle una capa de barniz para evitar que se pudra con el tiempo. Además, si la procedencia de la caja fuera incierta, lo ideal es utilizar un desinfectante de madera para acabar con cualquier bichito que pudiera haber colocado su morada aquí.
Tras tener la caja en sí lista, hay que colocarle unas pequeñas ruedas bajo las esquinas inferiores. Así los niños podrán manejarla más fácilmente.
Compra cuatro ruedas de colores (diferentes o del mismo; la elección es tuya, ¡o del peque!) y fíjalas.
Otra idea para reciclar cajas de madera que te llevará un poco más de tiempo y trabajo es utilizar dos cajas fijando una encima de la otra. Si a la de abajo le quitas una de las tablas horizontales te quedará un hueco para poder echar dentro y con facilidad los juguetes, además de otro espacio superior. Y si las cajas que has escogido tienen huecos grandes por lo que escaparse las cosas, utiliza tablas del mismo tamaño de otras cajas para tapar los huecos que consideres. En definitiva, sed creativos y analizad cómo crear una caja práctica y con la estabilidad necesaria para que tus hijos la disfruten al máximo.
Y una vez que tenemos la estructura lista, llega el momento de que los pequeños tomen el mando del proyecto, pues toca pintarla y adornarla. Aquí las ideas son infinitas.
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La más fácil es pintarla de blanco para que tus hijos se diviertan pintando sobre ella cuando quieran (con rotuladores o ceras). Cuando esté repleta de dibujos, puedes volver a pintarla para que vuelvan a empezar a decorarla. Otra idea es, sobre todo si son mayores, ayudarles a crear un diseño con pintura; o pintarla de un color.
Por ejemplo: puedes pintarla de manera que parezca un tren; ¡O una casa!, para lo que también puedes construir un techo y fijarlo con bisagras para que se abra con facilidad. Pintad caras, monigotes, coches, ponedle pegatinas… ¡Lo que sea! Lo bueno es que cada cierto tiempo se pueden mejorar o modificar.
¿Qué te ha parecido la idea? ¿No es estupendo que la familia al completo trabaje en un proyecto en común? Ser decoradores de interiores caseros no es nada difícil.
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