Eso de tener tiempo libre se agradece después de unas cuantas jornadas maratonianas de dormir, trabajar, comer, dormir, trabajar, comer, dormir, trabajar, comer....
Bueno que me lío...Vamos con lo que nos interesa.
Hoy os voy a contar un truco que me pasó una amiga para reciclar cuadros. Suena raro, ¿no?
Me explico.
Algunas veces (más de lo que quisiera confesar) no encuentro por ninguna parte esa creatividad que me gustaría tener y termino pintando cuadros que no me gustan nada. Sé que soy muy autoexigente, perfeccionista y siempre perseverante a la hora de pintar, pero cuando las musas me abandonan, no hay nada que hacer.
Por eso, si os pasa como a mi y queréis pintar encima de otro cuadro, apuntad esta idea tan genial: vamos a reciclar cuadros con servilletas de papel a través del decoupage.
¿Qué necesitamos?
Pues un cuadro que nos horrorice, como ese que quiere regalarte tu tía segunda de ese paisaje con un lago y un ciervo corriendo...
Cola de carpintero
Servilletas o en su defecto, papel de cocina (blanco sin dibujos)¿Cómo lo hacemos?
Cogemos el cuadro en cuestión y le ponemos la servilleta encima, cubriendo toda la superficie.
Arrugamos con la ayuda de los dedos y le vamos a aplicar la cola. Sed generosos porque la idea es que el cuadro quede completamente empapado del pegamento. Puede ser un poco pringoso y quizá el resultado no parezca aparentemente el deseado pero una vez seco, la textura cambia por completo
Dejamos secar un día y ya podremos pintar encima.
Tened en cuenta que ahora tenemos textura, de la que antes carecíamos así que también eso nos puede ayudar a la hora de darle color de nuevo.
¿No es una pasada de truco? ¡¡¡A mi me encanta!!!
Contadme qué os ha parecido y si os ha gustado decídmelo, me gustaría saber qué opináis.
¡¡¡¡Hasta el próximo post y besitos!!!!