Lo primero que has de hacer es limpiar muy bien la botella. Para quitarle las etiquetas yo la sumerjo en agua caliente durante unos minutos, así es más fácil desprenderlas. Si te han quedado restos, nada mejor que darle con un estropajo. ¡Se va todo!
Si el color de tu botella te gusta puedes dejarla tal cual, ponerle alguna cuerda o adorno y usarla directamente. En mi caso quise darle un aire totalmente distinto y para ello la pinté con pintura en espray. El color elegido fue blanco roto.
Para darle un toque original usé calcomanías. Esta concretamente es de las que se adhieren a la superficie rascando sobre ella. Pero puedes usar otras que venden en las que solo tienes que mojarlas y el dibujo queda plasmado en la botella.
Ten mucho cuidado al hacer este paso. Cualquier movimiento en falso puede acabar con todo el trabajo realizado.
¡Y voilà! Ya tenemos un nuevo jarrón que adornará un rincón especial de nuestro hogar. ¿Habéis visto qué fácil y barato es hacerlo?
Si os animáis a hacerlo no dudéis en etiquetarme para que vea el resultado. Buscadme en mi perfil de Instagram y Facebook. ¡Usad los hashtags #diylivarelunae y #livarelunae para que lo pueda ver!
Si os gustan los DIY de decoración, no os perdáis este DIY de adorno para macetas y este otro DIY de caja de madera marinera que realizo reciclando una caja de fresas.