Todo empieza con una invitación para un cumple, y yo falta de inspiración, le digo a Jorge qué le podíamos regalar a Carlos, el cumpleañero, a lo que él, tan campante, me dice, una lanzadera de cohetes. ¿Alguien se imagina mi cara? mezcla absoluta entre sorpresa y agobio. Hasta que con la misma calma me lo explicó: - es un palo que hace que vuelen los cohetes.
Nada pues ahora ya lo tengo claro.
El tubo de cartón ,de un rollo gastado de papel de horno, y otro de papel higiénico, yo he usado otro un pelín mas gordo, pero supongo que dará igual. Un par de pinzas de madera y una goma. Esos son nuestros materiales.
Forramos el tubo largo con un papel molón, en el extremo de abajo pegamos una pinza y en el de arriba un clavo,que no atraviese el tubo, solo un lado y para que no se mueva le ponemos una gota de silicona caliente. Decoramos el cartón del papel higiénico a nuestro gusto, yo lo he pintado con acrílica amarilla. Le hacemos en la parte de arriba un agujero con un punzón, pasamos por el la goma y anudamos el extremo de fuera.En el otro extremo de la goma ponemos el muelle que tienen en medio las pinzas, esto hará que nuestro cohete se impulse. y ahora sólo queda hacer la parte de arriba con cartulina, ya sabéis el capiruzo o como se llame.
Et voila....aquí tenéis los resultados:
Ahora sólo queda que a Carlos le guste tanto como a Jorge el suyo, porque ya hace un par de días que lo hicimos y hasta el momento es su juguete estrella, aunque tengo que decir que el pico de arriba de nuestro pequeño cohete está más chuchurrío que la planta de mi balcón.
Filosofía Merybunda: Hacer que los niños fomenten su creatividad y ver las caras de orgullo cuando ven que su invento funciona a la perfección. Y si no funcionan, pues oye también aprenden que no siempre las cosas salen como queremos, jajajaja.
P.D: Sí una vez terminado no tenéis el impulso que queréis solo tenéis que buscar una goma más pequeña, para que tense más. O anudar más la que tenéis si no encontráis más cortas.
Espero que os guste y os animo a que regaléis en los cumples cosas hechas con los nenes, porque la cara que se les pone cuando dan algo hecho por ellos no tiene precio.