La idea era personalizar un capazo de mimbre, y la verdad es que tenía ganas de uno para la piscina y la playa, así que me he puesto manos a la obra.
Elegí un cesto enorme, pues las cosas de cinco abultan un montón, ya se sabe... gafas, cremas, clinex, chucherías varias, barajas de cartas, y las mil cosas "porsi" que viven allí los meses de verano.
Es sencillo y habría quedado precioso así, pero las ganas de transformarlo en algo mio pudieron con él.
Para pintarlo he utilizado pintura en spray, cómoda y rápida, aunque eso sí, imprescindible hacerlo en un lugar abierto y ventilado, pues el olor permanece varios días y ya sabemos todos lo que mancha el spray.
Primero tapé las asas y dí una capa blanca cómo base, después marqué una línea en la parte inferior y tapé el resto con una bolsa de plástico, para pintar la zona de abajo con un color salmón.
Finalmente, le dí un toque de trapillo en la zona superior (no quería cargarlo mucho, pero mi toque "ganchillero" tenía que aparecer).
Lo cosí con una aguja enorme que tenía en el cofré de tesoros de las tías, ese que os he enseñado aquí o aquí.
Con cuidado, estirando bien el trapillo y cubriendo y reforzando la zona superior.
Y ahora ya estoy lista para ir a la piscina con nuestra libreta DIY que os enseñé ha hacer aquí,
o de picnic.
Bueno, llega el verano, así que os dejo visitando al resto de participantes aquí , y no olvidéis que mañana podéis votar los tres que más os han gustado.
Me marcho de fin de semana... con mi nuevo capazo.