El DIY de hoy es súper divertido, muy colorido y gratificante después de semanas y semanas de coser y coser! Sí chicos, muy divertido pero... paciencia! ¿Recordáis que hace un par de meses os comentaba que con la mudanza había salido mucha ropa vieja en muchos niveles? Si os acordáis entonces tengo que deciros que el DIY de hoy entra dentro de la categoría de "ropa que no me volveré a poner pero que me daba pena tirar". Desde aquel entonces he estado trabajando en ese DIY. Sé que no os estoy animando nada para hacerlo... pero, queda chulísimo, ¿eh?
Estas son las camisetas que he utilizado para el DIY de hoy. En su mayoría camisetas tanto de Pedro como mías de algodón (esto será un pequeño problema para el después, luego os cuento por qué).
Lo primero que necesitaremos hacer es la lana. Ya sabéis que venden Trapillo y que con éste mismo también podréis hacer la alfombra ya que conseguimos el mismo efecto, aunque si tenéis ropa antigua que queráis reciclar mejor que mejor! Pensadlo! Es una forma de tener conciencia y cuidar un pelín más nuestro planeta.
Estas serán las bobinas de "trapillo" que os quedará. Cuando tengáis todas entonces podéis empezar a trenzar. Entre color y color podéis hacer un nudo o coser los extremos entre ellos (cosidos quedan muuucho mejor!)
¿Cómo saber que la tarea de trenzar ha acabado y que será suficiente para nuestra alfombra? Yo lo he averiguado haciendo la espiral superpuesta (sin coser) hasta que he conseguido la longitud deseada que, para mi, era el mismo tamaño que el tablero de la mesa a la que acompañaría. Quizá el efecto queda un poco pequeño y si lo hubiera sabido la haría un pelín más grande. Aún así no estoy descontenta.
Empezamos a coser en espiral a mano, siempre cogiendo la trenza desde solo el lado que irá boca abajo, desde el lado que irá boca arriba no se debe ver el hilo.
Y cuando terminé este fue el resultado... un desastre, ¿verdad? El algodón encoge porque tiene elasticidad, es difícil darle la misma elasticidad todo el tiempo. Por eso tela sin elasticidad sería una opción mucho mejor. Aunque con un poco de plancha por aquí y por allí he conseguido que no quede tan exageradamente curvo e inestable.
A Walter le encanta y la verdad que es quien más la disfruta. Y a vosotros, ¿qué os ha parecido?