En mi casa la tradición es que en el puente de la Inmaculada empezamos con la decoración navideña. Cuando lo niños eran pequeños íbamos al monte a coger piñas, muérdago y ramas de pino para adornar la casa. Ahora que se han hecho grandes, ya no les interesa tanto este asunto, así que este año estoy haciendo las cosas un poco a mi manera, optando por algo más nórdico y sencillo.Hace años que por estas fechas me gusta hacer los adornos del árbol con pasta de sal, ya sea normal o "galleta de jengibre" , pero con la humedad que hay aquí no me duran de un año para otro. He estado probando con otras pastas caseras con diferentes ingredientes, pero han sido todas un fracaso total. Ya estaba empezando a desesperarme, cuando encontré la pasta de modelar blanca y decidí probar a ver que tal.
He de decir que me ha enamorado por completo: es barata (entre 2 y 3€ el paquete), es limpia, se trabaja de maravilla, se seca al aire sin necesidad de horno y una vez seca se puede pintar encima con lo que quieras, rotuladores incluidos. La venden en muchos sitios: tiendas de manualidades, papelerías, grandes superficies, bazares chinos, etc...
Yo la he trabajado como si fuera masa de galletas y he aprovechado los cortadores que tengo en casa. La he estirado con el rodillo hasta dejarla fina, unos 2 ó 3 mm y luego he ido cortando las piezas de mi guirnalda nórdica. Las he colocado en una bandeja y ¡muy importante! les he hecho los agujeros para colgarlas con una brocheta. Como me ha sobrado pasta, he hecho también adornos para el árbol de Navidad. Luego se dejan secar al aire durante un par de días hasta que estén totalmente secos y se les pone la cuerda para colgar. Otra cosa buena que tienen es que son duros pero no frágiles, lo digo porque mi gata soltó uno del árbol, lo lanzó por los aires, rebotó en la pared y no le pasó nada.
Las piezas de la guirnalda las he decorado con rotulador permanente azul, pintando directamente sobre ellas. Es una gozada: ni se corre, ni absorbe demasiada tinta.
Otras de las cosas que quería hacer este año era cambiar el árbol de Navidad, porque el mío era altísimo y sobre todo anchísimo y me ocupaba medio salón. Así que he cogido 3 cañas de bambú largas, las he unido formando un "tippi" y las he forrado con las ramas de mi árbol, que he ido desmontando poco a poco. Me encanta cómo ha quedado porque sigue siendo alto, pero muchísimo más estrecho. Además estoy aprovechando el resto de las ramas para decorar la casa, como la que he utilizado para hacer el colgante de la entrada. Mi hijo dice que se le ven las cañas y yo le he dicho que esa es la gracia del árbol, que sea un poco rustico.
La verdad es que me encantan los adornos navideños caseros y sobre todo cuando son los niños los que ayudan a hacerlos.
¿Y tú sueles hacer adornos navideños en casa?
La semana que vine os enseñaré el Belén que he hecho este año, también todo "hand made".
Besos
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