Estas cestas que tenía en casa sacadas y compradas para mantener el orden de todos los objetos que se me acumulan me estaban pidiendo a gritos un cambio. Un diy fácil y como el shibori ya lo había utilizado, me dio la solución.
Mis cestas querían destacar y ser más personales y únicas. Para esta ocasión, compré un tinte y me puse manos a la obra.
Con ayuda de las inmensas gomitas que encontré por casa pude hacer mil formas con ellas.
Sumergí mis fundas en el agua y tinte y esperé. Luego aclaré y lavé. Todo según las instrucciones que me mandaba la caja.
Es importante que sean fibras naturales, pues si no, el resultado no será el que esperabas aunque no por ello deje de funcionar. Todo depende de la mezcla de tejido que sea. En este caso el tejido es muy adecuado para ello ya que es 100% algodón.
Ahora además de tener las cestas guarda todo, las tengo personalizadas cosa que las hace únicas.
Si te fijas, el proceso es como todo momento de cambio que tiene la vida y es que necesita su tiempo para que todo quede grabado.
A veces la vida nos pide un cambio radical, un cambio en la manera de hacer y como en todo proceso de cambio hay que retorcer, agarrar, sumergir y esperar.
Esperar es lo más importante. Es paciencia y al final, las cosas salen y el resultado es espectacular.
Como mis cestitas. Nada que ver a lo que eran, ¿verdad?
Así que ya sabes, si necesitas un cambio de algo, sigue los pasos y verás como el resultado es impresionante.
Me voy al finde frugal de Marcela y os deseo muy buen fin de semana y muy buen comienzo de verano y vacaciones quien las tenga.
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