A mi hermano le regalé el fofucho para colgar en el coche del equipo de fútbol de Rumanía y para mi hice la fofucha con tablet para colgar en tu coche.
Faltaba que le hiciera una a mi cuñada y se la hice como me pidió, pelo castaño y con gafas en la cabeza.
Lo demás fue fruto de mi imaginación. Tanto la falta como el corazón de la blusa, lo pinté a mano. Muy entretenido pero que al final cuando ves el resultado, vale la alegría.
Te voy a contar cómo la fofucha llegó a mi casa. La fofucha de Sheila se colgó en su coche pero resultaba muy atractiva para mi sobrino Gael de tan solo trece meses por esa época.
Cada vez que Gael veía la fofucha quería tirar de ella para jugar hasta que lo logró. Mi cuñada la dejó en casa de mi madre con algunas heridas y fue cuando la llevé a mi casa para reparar su corazón.
A partir de ahí no se la devolví dándole una nueva vida a la entrada de mi casa. Cada vez que entro la veo ahí, en el colgador de llaves dándole los buenos días o las noches, pero siempre me espera sonriente y yo hago lo mismo.
"Sonríe
hoy va a ser
tu día"