Cuando nació mi primer hijo, nunca antes había cambiado un pañal, nunca! Al igual que mi marido. Tampoco había bañado a un bebé en mi vida, ni había vestido a un bebé, al igual que mi marido. Pero aún más, nunca antes me había levantado de madrugada para atender a un niño pequeño, ni había llevado a ningún niño al cole. Raro, verdad? Jamás había ido antes a una reunión de padres, al igual que mi marido. Nunca había introducido alimentos de forma pautada a nadie, ni había desmenuzado minuciosamente un pescado para quitarle las espinas, al igual que mi marido.
Cuando tuve a mi primer hijo, mi marido y yo partíamos del mismo punto de partida! Parece extraño pero fue así y así le ha ocurrido a la mayoría de padres y madres del país. Sin embargo, el otro día me ocurrió algo realmente sorprendente. Quedamos con unos amigos que también tienen niñ@s, en un local de reciente apertura que se anunciaba como "lugar de ocio familiar", suena bien, no? Un lugar pensado para toda la familia, pensé. A un lado un gran restaurante, al otro un inmenso parque de bolas, que podíamos ver a través de una gran cristalera.
Mi marido terminó de comer el primero, y se llevó a nuestro hijo pequeño para cambiarle el pañal, mientras los demás seguíamos en la mesa (yo hablo mucho y como despacio, así soy). Entonces ocurrió lo impredecible: no había cambiador en el baño de hombres, solo había en el de mujeres. Aquel centro de ocio creado para satisfacer las necesidades de las familias, se olvidó de nosotras. Quien diseñó aquel lugar, no debía saber que hombres y mujeres tenemos la misma capacidad para hacer tareas tan complejas como cambiar un pañal. Por supuesto, tuve dejar mi plato a medias para ir yo a cambiar a mi hijo.
La triste realidad, es que este hecho no le sorprende a nadie, ni siquiera a mí me sorprendió lo suficiente para dejar por por escrito una sugerencia sobre el tema. Hemos asumido que las mujeres son las que se ocupan de los hijos, a pesar de tener el mismo punto de partida. Hombres y mujeres vemos con normalidad cosas que no lo son en absoluto. Y los niños y niñas? Qué información reciben de todo esto? Que las mamás cambian los pañales, que todas las personas cuidadoras del parque son mujeres, que el que dirige al personal es un hombre... Todo esto en una sola tarde. Imaginaos toda la información estereotipada que reciben al cabo de un año, demasiada.
Os diré que finalmente envié un mail al centro de ocio para proponer que incluyeran un cambiador accesible a padres y madres. Hace una semana de esto y aún no he tenido respuesta, pero al menos sé que hice lo que debía. Ojalá no sea la primera ni la última en hacer sugerencias de este tipo, quizá así logremos construir un mundo pensado para tods.
Qué opináis?
Un abrazo!!
Fotos: Sara González Carrasco