El scrapbooking es el arte de construir mensajes y diseños exclusivos pegando sellos, tipografías, colores, pegatinas, pegamentos... básicamente es una palabra de origen inglés que significa, literalmente, "álbum de recortes". En este sentido, el scrapbooking consiste en construir álbumes de fotos personalizados pero utilizando todo lo que tu imaginación abarque.
Por ello, teniendo en cuenta la extrema habilidad que tienen los pequeños para recolectar todo tipo de objetos de la casa, es una buena opción dedicar algunas tardes a construir con ellos algunos álbumes. Incluso podemos aprovechar esta afición para que, cuando vayan a algún cumpleaños de un compañero o compañera del cole, puedan llevar su propia creación hecha por ellos y nosotras.
No os preocupéis. No es caro hacer esto. Hay miles de establecimientos que se dedican a vender sellos para scrapbooking, desde folios de colores hasta purpurinas, sellos o pegatinas. Como todo, algunas marcas son más caras que otras, pero no hay nada que no se pueda encontrar en el chino así que, tranquila, puede ser tan barato o caro como tu economía te lo permita.
¿Sabes cuáles son los sellos típicos de empresa, los que se mojan en tinta y luego se ponen encima de los documentos? Pues los sellos de scrapbooking funcionan igual. Cuando ya has creado tu álbum con los colores, granajes y tamaño deseado, es el momento de que, según para quién y para qué lo hagas, puedas plasmar algunos sellos decorativos.
Los niños agradecen mucho este tipo de actividades. Además de tenerlos entretenidos un buen rato, fomentamos su creatividad e implementamos el nexo de unión que nos une como madres e hijos. Yo, con mis dos pequeños, lo tengo muy claro: nos pringamos de pintura y de sellos y nos lo pasamos pipa. Si se portan mal, les castigo diciendo que no haremos en un mes ningún álbum y, como les conviene liarla, se portan bien. Así que os recomiendo que echéis mano de estas sanas aficiones.