Las cajas de metal igual que un montón de utensilios de metal tienen una gran facilidad para oxidarse. Este proceso puede ser de muchas clases diferentes, dependiendo del material y las condiciones en las que se haya mantenido nuestra pieza. Pero siempre va estar propiciado por la presencia de oxígeno, el cual, le aporta el nombre.
Debido a esto, cualquier elemento, tarde o temprano se oxidará, por lo que, probablemente, todos hayamos tenido que tirar o reparar alguna cosa que hayamos tenido por casa.
Para comenzar, lo esencial observar si las cajas de metal contienen algún tipo de abolladuras. De ser así, necesitaremos un martillo y un taco de madera para que al golpear no deje marca. Al martillear necesitaremos hacerlo por el lado cóncavo con firmeza pero sin excedernos o terminaremos deformando el cofre.
En el caso de que precisemos curvar alguna parte, lo realizaremos con unas pinzas o unos alicates corrientes que se pueden encontrar en cualquier ferretería.
A continuación, ya estaremos listos para proceder a limpiar nuestro metal. Para ello, compraremos unos guantes de vinilo, son muy resistentes y dan protección contra la contaminación al tacto, además son hipoalergénicos, unas gafas protectoras y un desoxidante, en función del material con el que esté fabricado nuestra caja. También los hay genéricos, para todo tipo de metales. Su precio varía entre los cinco y los diez euros y se pueden encontrar en las ferreterías y tiendas especializadas de construcción, así como en algunos talleres.
En este post, tenemos unas antiguas cajas de la forera Simarania que necesitaban ser restauradas. Son modelos de gran valor por su tiempo y diseños únicos, hechos por una conocida marca.
Antes de nada, decir que el desoxidante se tiene que emplear sobre un paño y posteriormente frotar sobre el objeto. En función de la dureza emplearemos uno un otro. En este caso, cajas normales y todo tipo de instrumentos que tengamos en el hogar, como cubiertos, utilizaremos un trapo normal, de ser cuerpos más duros tendremos que comprar lana de acero.
Este producto actúa con rapidez, por lo que podremos ir viendo el avance y el resultado a medida que trabajemos el arcón. Una vez limpio, procederemos a darle un lavado con jabón y a pintarlo ya que es un gran protector contra el óxido, lo que también tapará posibles defectos que hayan quedado.
Aquí tenemos otro ejemplo de una caja, ya en perfecto estado facilitado por la forera Pili-a en este post.
¿Y tú, qué objetos has tenido que limpiar de óxido?