De pequeña me encantaban los caleidoscopios, destripé unos cuantos. Me gustaba saber cómo funcionaban por dentro.
Hacerlos es sencillo, con unos tubos de cartón, unos trocitos pequeños de plástico, cuentas de collar o granos de café, se pueden hacer auténticas maravillas.
En este post puedes inspirarte con algunos modelos diferentes. La parte exterior de los que comparto en este artículo están hechas con con vasos desechables, con cápsulas de café, con botes de patatas fritas, con envases de cafés... Y para los trocitos de colores que se reflejarán en los espejos podemos utilizar cuentas de collares, trocitos de botellas de plástico de colores, granos de arroz, granos de café... Cualquier pieza pequeñita, colorida o que haga ruido puede servirnos.
¿Encuentras los granos de café en estas imágenes? ¿Y los trocitos de botellas de plástico azules? Seguramente puedes ver las cuentas de collares...
Los niños aprenderán que donde algunos ven basura, otros vemos tesoros.
El primer caleidoscopio que comparto está realizado con tubos de cartón, y luego los hemos decorado con cinta washitape
Para el siguiente modelo, se puede utilizar el bote de patatas fritas de una conocida marca
Con un envase de café preparado, también podemos hacer este otro modelo:
Para terminar, con vasos reciclables:
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