Si no nos animamos a empezar con un objeto, es aconsejable pedirle al vidriero algunos restos de vidrio, y ahí vamos ensayando nuestra destreza. La preparación del vidrio es muy importante, ya que tiene que estar muy limpio. Para eso, con un paño que no suelte pelusa, lo limpiamos prolijamente con alcohol blanco. De lo contrario, la pintura puede no adherir bien.
El diseño, si el trabajo que vamos a hacer es sobre un vidrio plano, podemos dibujarlo en un papel que colocamos debajo del vidrio. También podemos hacerlo a mano alzada si somos buenos en eso. La pintura para vidrio se compra en cualquier negocio del ramo. Eventualmente podemos usar esmalte de uñas. Delineamos el dibujo, y luego vamos rellenando con los colores. Si queremos mezclarlos, podemos usar una esponja antes que sequen. Para aclarar un color, usamos laca transparente.
Para un mejor acabado de la pieza, y cuando está bien seca, se le puede dar un barniz para vidrio, que puede ser satinado o mate. También podemos incluir algún objeto pequeño, como arena para darle rugosidad, cosa que debemos aplicar antes que seque la pintura.
Como ustedes pueden ver, pintar sobre vidrio es de esas actividades creativas que no siempre nos animamos a hacer, pero el desafíoes de hecho,más que sencillo, solo es cuestión de usar nuestra imaginación y practicar un poco antes.