El otro día comentaba con unas amigas el valor del regalo handmade, ese que tal vez no sea perfecto ni muy caro, pero con grandes dosis de dos cosas que no tienen precio: tiempo y cariño. Precisamente pensando en ese tipo de regalos he hecho este colgador para puertas con forma de maniquí y que nos puede servir tanto para tener un pequeño detalle con un amigo o familiar, como para decorar las puertas de nuestro hogar.
Para su realización he utilizado materiales reciclados (“sobras” de otras manualidades), por lo que económicamente no me ha supuesto ningún desembolso extra, algo que viene muy bien en estos tiempos de crisis.
El cuerpo está realizado con tela vaquera que sobró de cortar el dobladillo de un pantalón. No conviene tirar esos pequeños retales que nos sobran de dobladillos ya que no ocupan mucho espacio (se pueden guardar todos juntos en una pequeña caja), y además nos pueden servir para hacer adornos de tela con los que decorar otras prendas, adornos para el pelo, para hacer patchwork, etc.
La cinta de encaje que he colocado sobre la tela vaquera es un resto que también tenía guardado. Si no tenemos ninguna cinta podemos sustituirla por un retal ya que, al ser el cuerpo de tela vaquera, cualquier estampado o color le irá bien. Incluso podemos aprovechar un trozo de tela que haya sobrado de los tejidos con los que hayamos decorado la estancia en la que vayamos a colocar este bonito maniquí.
Para darle un poco de vidilla a la cinta, le cosí unas pequeñas lentejuelas sobre los bordados. Este es uno de esos detalles que ayuda a personalizar nuestro maniquí y a hacerlo único. Si no tienes lentejuelas en casa puedes colocar abalorios de bisutería que ya no utilices.
Para adornar el cuerpo del maniquí utilicé un lazo que quité a una camiseta vieja que reciclé para trapos. A veces compramos prendas de ropa y accesorios que llevan adornos y que conviene guardar para emplearlos en nuestras manualidades.
Podemos sustituir el lazo por bonitos botones, o hacer un lazo nosotros mismos o, incluso, utilizar los pequeños lazos que suelen adornar muchas prendas de lencería.
Para el relleno he utilizado espuma de un cojín aunque también se puede usar algodón si no tenemos ninguno que ya no utilicemos. Como colgador he aprovechado un cinturón de cuerda que se me había deshilachado por una de sus partes. Para ello he cosido al cuerpo la parte del cinturón que estaba bien y con la deshilachada he formado la cabeza del maniquí. De esta forma se ha reutilizado algo que en principio había perdido su funcionalidad y que era para la basura.
Si no tenemos un cordón o cuerda también podemos aprovechar restos de pasamanería o hacer nosotros mismos un cordón trenzando trapillo. Como veis podemos conseguir un bonito maniquí colgador para puertas aprovechando retales y restos de abalorios, incluso objetos que han perdido funcionalidad por haberse deteriorado (como es el caso del cordón deshilachado).
Además, si queremos tener un detalle especial con ese amigo o familiar, podemos personalizarlo todo lo que queramos, adaptarlo a sus gustos, a la decoración de su hogar. Seguro que sabe valorar el tiempo y cariño invertido en este pequeño detalle.
Espero que te haya gustado y te haya servido de inspiración, si es así por favor compártelo con tus amigos.
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