La "cara bonita" de un colgante es muy importante, es el foco de atención, pero casi igual de importante es la parte trasera. Aunque muchas veces ni siquiera se vea (cuidado que a veces las piezas se dan la vuelta...), es un aspecto que no debemos olvidar, ya que en ocasiones incluso es la parte que lleva el mecanismo para sujetar el colgante.
Otro aspecto a tener en cuenta es el acabado de nuestra pieza. Podemos elegir un acabado mate, brillante o satinado, pero sea cual sea nuestro preferido, debe quedar lo más uniforme y profesional posible.
Para el acabado brillante nunca me ha gustado usar barnices, tengo una pelea constante con ellos y todavía no he conseguido salir ganando, así que los he desechado. Algunos reaccionan con la arcilla y quedan pegajosos, otros tardan mucho en secar, se quedan las marcas de las pinceladas...
Por eso, siempre me decanto por un buen lijado y pulido de las piezas, que es un método limpio que nos permite un resultado perfecto:
Espero que se pueda apreciar bien el brillo en estas fotos. Te aseguro que no le hacen justicia, ya que en directo se ve espectacular.
He preparado un tutorial en vídeo para que aprendas a lijar y pulir tus piezas y consigas un resultado perfecto sin mucho esfuerzo:
Espero que te haya gustado y que lo pongas en práctica.