Dicho así, no es nada emocionante. Pero el resultado sí que merece la pena. Se trata de fundir cuentas de plástico de las que se utilizan para hacerse collares y pulseras. A veces los niños ya no las utilizan, o quedan pocas, desparejadas,... Es una buena ocasión para hacer limpieza y darles una segunda vida.
Objetivos: Reutilizar material al que ya no se le da uso, descubrir cómo se pueden transformar los materiales y sus formas, o decorar la casa, balcón o terraza sin invertir dinero.
Trabajar con plástico no es muy de mi agrado, ya que siempre es preferible dedicarse a materiales naturales, como madera, lana, algodón o papel. De cualquier modo, este experimento ha resultado positivo, ya que las piezas que hemos obtenido son francamente bonitas y lucen muy bien al sol.
Materiales:
Cuentas de plástico
Moldes de magdalena o tartas para horno
Hilo (de pescar, o cualquier otro, no importa de qué tipo)
Taladro
PROCESO:
Lo primero que vamos a hacer es elegir las cuentas de plástico. Estas deben ser lo más sencillas posible, ya que si no, no se fundirán bien al horno. Aquí te muestro las que utilizamos nosotras. Cuanto más coloridas sean, mejor quedarán al fundir.
Las cuentas deben cubrir el fondo del molde para magdalenas (puede ser el de silicona, o de metal). Según cómo coloques las piezas, así se fundirán y mezclarán los colores.
Cuando hayas cubierto el molde, introduces la bandeja en el horno a 200ºC durante 30 minutos. Es normal que huela mal (algunos químicos del plástico se evaporan). Mejor hacerlo en verano, y así puedes abrir todas las ventanas y airear la casa. Por supuesto, intentad estar lejos del horno mientras se funde el plástico, para evitar respirar el humo.
Cuando haya pasado la media hora, sacamos el molde del horno y lo dejamos enfriar al menos un par de horas. Cuando haya pasado este tiempo, podrás comprobar cómo las cuentas han formado una única pieza rígida, con una preciosa mezcla de colores.
Puedes hacerle un agujero con el taladro (por supuesto, un adulto) e introducir el hilo por la pieza. Si unes unas cuantas, conseguirás un colgante precioso, ideal para decorar tu terraza o balcón.
Puedes hacer varias pequeñas o una grande, ¡a tu gusto!