Tras unos días de pausa, retomo mi actividad bloguera para mostraros una idea que me ha sorprendido por su creatividad y que, además, es de lo más barato. Se trata de cómo lograr hacer esto:
...usando esto:
Una vez más, esta idea NO es mía: la he tomado prestada del blog Rust & Sunshine, donde podréis encontrar, en inglés, las instrucciones originales. Las fotos también son de la señora Michelle, a quien pertenece el blog al que os redirijo... si me tomo la libertad de mostraros su contenido es porque está en otro idioma.
Regresando ahora al tema con el que empezamos... ¿alguien ha oído hablar del plástico mágico, o encogible? Yo desconocía su existencia hasta hace unos días, pero el caso es que es un producto bastante comercial para hacer bisutería y, no está de más decirlo, bastante caro. Pues bien, ésta es la versión casera y económica que no tiene qué envidarle al original.
¿Qué usaremos?
Una caja de plástico como la de la fotografía. Se trata de un contenedor muy típico en la panaderías y supermercados donde suelen ponerse los productos de repostería. El plástico es fino, pero no es blando: si apretáis con el dedo fuerte,la superficie no se hundirá, sino que se deformará o romperá.El sonido que hace al romperlo es como metálico, y los cantos que quedan son tan puntiagudos que pueden cortar.Ése es el tipo de plástico que necesitamos.
Tijeras
Rotuladores permanentes
Una perforadora para hacer agujeros (es un objeto de papelería)
Un horno casero (no un microondas)
Barniz para manualidades (para el acabado)
Al acabar, dependiendo de qué queramos hacer con las piezas, necesitaremos cordón o anillas para unir las teselas entre sí...pero eso lo veremos luego.
¿Empezamos?
1)Lavamos la caja y la secamos bien. No queremos trozos de pastel sueltos en nuestra obra de arte ;)
2)Cortamos un trozo grande de la caja por donde el plástico es plano. Un buen cuadrado nos irá bien.
3)Con los rotuladores permanentes, garabateamos (¡o dibujamos, según la vocación artística de cada uno!) en el plástico. Michelle nos advierte de que usemos colores vivos, pues los colores oscuros se tornan en negro al meterlos en el horno. ADVERTENCIA: si decidimos pintar algo artístico, tengamos en cuenta que el plástico va a encoger, y que por lo tanto la forma que dibujemos será mucho más pequeña que la que obtendremos como resultado.
4) Cortemos las piezas de la forma que queramos con las tijeras. Una vez más, recordemos que encogerá, por eso los trozos que recortemos habrán de ser grandes.
Ahora que el plástico aún es blando, es el momento de perforar según queramos: para piezas de pulsera, uno o dos agujeros por lado, según se ve en la foto. Para un colgante, un agujero solo.
MUY IMPORTANTE: no dejemos las esquinas puntiagudas...¡este plástico corta como el acero!
5) Ahora...¡al horno!. Poned una hoja de papel de hornear sobre la bandeja del horno y precalentad a 350º F (en grados Celsius equivale a unos 176º...yo lo pondría a 180 más o menos).
A los 30 segundos las piezas empiezan a curvarse. Eso es normal, no os asustéis. Poco a poco irán encogiendo, hasta que vuelvan a parecer llanas. Es el momento de apagar el horno.
6) Sacamos las piezas del horno (cuidadoooo...que quemaaaa)y las dejamos enfriar. Si queremos que duren más les daremos una capa de barniz para rematar.
Y ahora, ya es decisión vuestra qué vais a hacer con estas piezas... en el blog de Michelle veréis que cosas tan estupendas hace ella con las teselas resultantes. Yo, por mi parte, pienso hacer una variante sin agujeros, que luego pueda pegar a otra superficie (un colgante, por ejemplo...). En cuanto lo tenga hecho comparto los resultados ;)
Por cierto, que este tipo de plástico (curiosamente, una variante del poliestireno, quién lo iba a decir) es casi imposible de reciclar, así que, dándole una nueva vida, le estamos haciendo un favor al medio ambiente. ¿Qué opináis vosotros?
¡Buen día, y felices inspiraciones a todos!