Personalizar está de moda, ¿está de moda?, no lo sé, pero el caso es que en Pángala home se personaliza todo todito, y como muestra te traigo hoy un tutorial de ejemplo.
Estoy verdaderamente encantada con el resultado, estará mal que yo lo diga pero me parece muy satisfactorio y elegante, con un cierto aire japonés, y lo que es más importante
es un diy que cualquiera puede hacer
He de decirte que emprendí esta creación con todas las expectativas del mundo y ninguna de las esperanzas, al mismo tiempo, como lo lees. Se me metió entre ceja y ceja que lo quería hacer, y sin experiencia previa ni referencias me lancé a ello. El primer resultado no me satisfizo, cierto es, pero tras varias modificaciones rapiditas y un tuneo final…, creo que repetiré aprendiendo de los errores cometidos.
No es un producto que pondría a la venta en la tienda porque mirándolo en plan organoléptico jeje, no es perfecta, pero sí para uso personal. Y lo que es más, lo recomiendo para todas las personitas que no os atrevéis habitualmente con los tutoriales pero que si que os gusta pasar a mirar, ¿por qué?,
pues porque más o menos sabes cómo empieza pero nunca cómo terminará, y eso para estimular la creatividad y desarrollar la imaginación es fantástico
Para decorar una bolsa y personalizarla necesitamos:
Una bolsa de tela para personalizar. Las venden muy baratitas, de algodón fino, en tiendas de manualidades y diy, yo no loas he probado pero tampoco lo descartaría, ahora bien, mi tela era gordita y con textura
Nota: en breve te traigo un tutorial que también será kit a la venta, para que tú misma/o te hagas tu propia bolsa con un tejido de mayor calidad, ya que te pones, te pones ;-)
Pinturas acrílicas
Nota: disponía de pintura textil pero opté por estas ya que eran muy densas. No sé si fue un acierto o no, pero imagino que con textiles se puede hacer bien
Brocha de espuma
Dos frascos con agua: uno para empapar la brocha y otro para limpiarla
Un paño que abosorba agua de la brocha si fuera necesario
Cartón para introducir dentro de la bolsa y que la mantenga extendida y al mismo tiempo haga que no cale la pintura a la cara opuesta
Nota: yo no tenía disponible y utilicé publicidad de supermercado forrada de papel
Adicionalmente, y que no aparece en la foto:
Hilo de bordar fino y brillante
Aguja y tijeras
Los pasos:
Esta técnica es tan sencilla como complicada, y me explico. El resultado tan sólo depende de tres factores:
los colores elegidos
la cantidad de pintura y de agua utilizada
el comportamiento de la tela una vez seco
Pero insisto, la dificultad: cero
1. Empapamos la brocha en agua y a continuación le aplicamos pintura tratando de que no queden pegotes
2. Desliza la brocha por la tela, bien en pequeños toquecitos que luego unirás de un brochazo, bien directamente en un brochazo continuo
Yo hice lo segundo, lo del brochazo, con la pintura azul cielo, y lo primero, lo de los toquecitos, con la pintura gris. Apliqué un color en la base de la bolsa, y el otro un poco más arriba de la mitad
Cuando cambies de color enjuaga la brocha y recuerda utilizarla siempre empapada para obtener el efecto acuarela
El proceso se puede repetir cuantas veces quieras, y el resultado va a ir cambiando a medida que el agua se extienda, es una creación auto activa ;-)
Me gustaba este efecto con apariencia de cielo tormentoso, pero insisto en que el aspecto va cambiando constantemente a medida que el agua se extiende sigilosamente por la tela húmeda, y la pintura va secando
Cuando apliqué el tercer color me equivoqué. Opté por un plata con partículas metálicas precioso. Lo apliqué en circular y en el centro de la bolsa, y me emocioné. Sí, empecé por un poco, como ves aquí abajo, pero me dejé llevar
Como te decía, lo que podría haber sido un toquecito plata elegante acabó en plan imagen mística planetaria que tanto aborrezco
La solución: pintura y brocha empapada en agua. Me ensañe con el azulito que había empleado en la parte de abajo con brochazos hacia arriba; y con el gris de la parte superior hacia abajo. Todo por tapar el estrellón místico galáctico.
El resultado final lo observas aquí abajo. En esta imagen la bolsa aún estaba mojada y los matices plateados no se aprecian aún, pero ya empezaba a gustarme.
Una vez seca la estrella plateada continuaba presente, no tanto, pero era algo evidente. Para disimularlo y darle un toque de inspiración sashiko, sólo inspiración y mucha y modesta aspiración, tracé unas líneas discontinuas con hilo de bordar.
Tras una hora de aguja asomándose y escondiéndose, el resultado final y para mi gusto muy aceptable, fue este
Como te contaba antes la técnica la desconocía, así que fue una total aventura con final feliz. No obstante, teniendo en cuenta que la tela se va empapando cada vez más, los colores se disuelven y mezclan entre sí, y la calidad y textura de tejidos y pinturas son muy importantes, este tipo de creaciones tiene algo de magia que me ha seducido, seguro que repito.
Además me parece muy atractivo para todas aquellas personas que dicen no ser creativas ni imaginativas, y es que el hecho de que el resultado no dependa totalmente de tí te proporciona una apertura de miras que quién sabe a qué universos desconocidos puede conducir… uhhhhhh
Y lo que sí sé a ciencia cierta es que este es el último tutorial del año. Ha sido un placer compartir creaciones, ideas, incluso experimentos como este último. Encantada de vuestras visitas y comentarios siempre agradables, y pese a que ahora mi vida ha cambiado en algo muchísimo con mi esta faceta emprendedora que tenía tanto tiempo latente, y que últimamente no me he prodigado mucho por aquí,
os deseo un feliz cambio de año, uno de mis momentos favoritos de los 365 días. En absoluto me gustaría ser estrella televisiva, pero hacer de Igartiburu pangálica con cero horterismo y con cuello alto retransmitiendo las campanadas desde la Puerta del Sol, y ser Rey Mago en la cabalgata de Reyes, son dos de la cosas que pienso hacer, antes de morir, ahí va eso.
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