El fimo es una pasta que se encuentra en papelerías y comercios de bisutería y que se puede modelar incluso con simples instrumentos caseros, como un punzón.
El fimo es fácil de manejar, ofrece variados colores susceptibles de mezclar entre sí y debe moldearse con las manos durante un rato para que, al absorber el calor del horno, la masa cobre mayor elasticidad. La temperatura adecuada corresponde a unos 120 grados durante entre 10 y 30 minutos.
Con esta técnica y una aplicada dedicación personal, obtendréis maravillosos resultados de muy variadas formas y texturas, como los siguientes trabajos de Guppy.
La diversidad de objetos que se pueden conseguir es increíble. En primer lugar, tenemos estos hermosos broches que combinan con todo, acompañados de un carnero y una ovejita creados con mucha gracia, esmero y paciencia, y que funcionan como cuelga-móviles.
Las murriñas, como la de la fotografía, también son muy practicadas con el fimo. Se pueden hacer flores, hojas y, en general, muchas formas curiosas de los colores que os apetezca para decorar cada rincón de la casa.
A continuación, tenemos estos magníficos pendientes, de los cuales también se obtienen infinitas formas, tonalidades y estilos para escoger unos u otros según la ocasión: corazones, lunas, círculos?
Unos alfileres extraordinarios, que parecen salidos de una tienda. Labores que no incluyen pulir, esmaltar, fijar ni nada parecido, todos los productos son siempre sacados del horno tal cual, aunque se podría emplear un toque de barniz si se desea darle algo de brillo.
Guppy nos sorprende también ejerciendo toda su maña a través del manejo del fimo de forma que es capaz de decorar de una manera sorprendente los marcos de los portafotos, como si de artesanía industrial se tratara.
¡Incluso complementos de boda! Estas florecillas actúan como hermosos accesorios a la hora de embellecer una velada tan especial, acompañadas de unas barritas de incienso y un envoltorio bonito para maravillar en todo su esplendor.
Agradecimientos: abalorios.net