7 cosas que solo una costurera puede entender

Hay cosas que jamás nadie entenderá... sólo si llevas una cinta métrica al cuello, hilos en el culo y alfileres en la solapa, puedes comprender lo que te digo! Nada es comparable con abrir un paquete y que te toque la guinda. Cuando llega tu cumpleaños, los regalos de navidad, vuestro aniversario... rezas para que no vuelva a ser el perfume, la caja de bombones, ¡No! las costureras esperamos muuucho más. Alfileres de acero, hilos de mil colores, tijeras nuevas, telas especiales... Eso es la pera, la guinda y la tarta entera! Confieso que peco de una manía excesiva. Compro las telas antes de saber qué demonios voy a hacer con ellas. Una oportunidad no se puede dejar escapar, tienen alas y vuelan, jamás las volverás a encontrar... no en ese preciso instante. Así que nuestros cajones se llenan de huerfanitas esperando a convertirse en un precioso proyecto. Almacenamos telas casi compulsivamente y odiamos que nos pregunten eso de: ¿Qué vas a hacer con ella? Indudablemente, las tijeras son Dios. Sólo tú puedes entender que tu tijera de cortar tela es para justamente eso, y no otra cosa. Si lo pienso se me erizan los pelos y me salen sarpullidos. Detestamos que nuestras herramientas sean polivalentes y se utilicen como menaje del hogar. ¡Eso jamás! Confesad. ¿Cuántas revistas de patrones atesoráis? las costureras necesitamos saciar nuestra curiosidad y no hay momento más reconfortante que ir al kiosko y descubrir las novedades patroniles. Necesitamos ojear revistas de hace dos lustros, idear alternativas y encontrar inspiración. No eres de las nuestras si no llevas hilos a cuestas. Son traicioneros y se pegan allí dónde menos falta hacen, tu culo suele ser un buen cobijo. Detestamos las chapuezas. Odio ver prendas de pésima calidad y que además ¡están mal confeccionadas! rayas que no casan, estampados que se invierten, costuras como el Puerto de Pajares, hilos a mansalva... ninguna buena costurera podría soñar a pata suelta ante semejante despropósito. Esa sensación de ver tu trabajo acabado, de saborear el éxito de lo bien hecho, de culminar la cima con tu proyecto, de recibir a clientes felices... eso no tiene precio.La primera vez que diseñas, produces y creas un patrón de tu cosecha, es como ir a la luna y vuelta; un viaje interestelar que cambia tu vida. Jamás volverás a ser la misma. Ya eres una crack.Besos Mil.