Unas manos se acercan al montón de telas. Una a una sus largos dedos las repasa buscando el modelo ideal, el que daría a su trabajo el acabado perfecto… rojas, verdes, de rayas… ¡hay tantas! ¿cuál elegir? la decisión es compleja, porque debe ser algo llamativo, impactante y algo tan personal que se salga de la norma. A pesar de la complejidad y de las dudas, de toquetear aquí y allí, la decisión está tomada.
Es el turno del lápiz y el papel. Lo más difícil está hecho y toca dejar volar la imaginación. No importan la oscuridad y el frío; las ganas pueden con todos los inconvenientes y rápidamente un cuerpito gordinflón se adivina en el papel. Es el molde que rápidamente se convierte en telas cortadas.
Nuestro cuerpito gordinflón ya está cortado Las dos capas de tela que forman un cuerpo tan especial deben unirse. La máquina de coser irrumpe con su traqueteo, como un tren de mercancías que pasa a toda velocidad. Las capas, revés con revés, quedan unidas. Un pequeño hueco en la parte superior permite darle la vuelta e introducir arena para que tenga peso, sin olvidar la floca necesaria para rellenar todo el interior.
Cosemos el cuerpo a máquina Las manos trabajan rápido, ya ha empezado el proceso de creación de un ser tan anhelado por los pequeños y tan especial para los mayores, que no se puede parar. Ocho tiras de tela, cuatro de ellas bastante más largas, seguirán dando vida a ese personaje que habita en los sueños navideños de todos.
Las tiras que se convertirán en brazos y piernas Son los brazos y las piernas que al igual que el cuerpo quedarán cosidos, revés con revés, para posteriormente darles la vuelta y rellenarlos. Una vez hecho, un pequeño guante y una bota negra hecha en fieltro y con un relleno de floca continúan haciendo realidad lo que hasta hacía un rato era el sueño de una cabeza que sueña costuras.
Rellenamos la bota con floca La magia lo envuelve todo, el pequeño y especial regordete ya tiene cuerpo. Sus brazos y piernas están sujetos por botones de madera, dándole un aire aún más artesanal. Su pequeña carita, hecha en fieltro, y sus ojos bordados en hilo negro comienzan a dar personalidad a un muñeco que ya desea estar acabado. La nariz saltona parece la guinda, aunque lo realmente importante será su pelo.
Poniéndole el bigote La luz del día hace que todo parezca diferente. Nuestro peludo y especial amigo regordete ya casi está listo. Una intensa sesión de peluquería es necesaria para que todo vaya a su lugar. ¡Hasta las estrellas televisivas lo hacen! Y él, que hasta hace bien poco había sido una más en medio de una montaña de tela, ya cobra vida.
Sesión de peluquería Y después de algo de maquillaje y un buen gorro para el frío. Papá Noel ya está listo y sus cascabeles se escuchan resonar por todas partes.
Nuestro Papá Noel especial Por delante tiene días de intenso trabajo, días en los que no se bajará de su trineo y aprovechará cualquier resquicio de cualquier ventana, puerta o chimenea para colarse en todas las casas y alegrar la navidad a todos.
Hohoho! No hacen falta regalos, solo la ilusión de ver tantas sonrisas, las misma que provoca cuando lo miras. Nuestro especial Papá Noel, con el que le damos oficialmente la bienvenida a la Navidad “.
Hoy hemos querido hacer un post especial: un cuento. Nuestro cuento especialmente creado para tí. Porque sabemos que te gusta la Navidad y la vives con especial ilusión. Por ese motivo, desde hace unas semanas hemos querido ayudarte a decorar tu casa, con el árbol hecho en paper piecing, la estrella de navidad, el calendario de adviento, los angelitos y el posavasos de papá noel. ¡Y alguna sorpresa que aún está por llegar!
Empezamos a desearte unas felices fiestas y lo seguiremos haciendo en los próximos días. Y no queremos irnos hoy sin felicitar a todas las costureras porque hoy es su día, ¡felicidades!; pero además hoy es un día muy especial especial para nuestra sobrina y nieta Lucía… ¡felicidades!
Por hoy nos vamos, volveremos muy pronto con nuevos proyectos e ideas para que las disfrutes con nosotras. ¡Nos leemos pronto!
¡Besos costureriles!