Hace un par de semanas me apunté por fin a uno de los cursos de iniciación a la chalk paint que hace Neus, de Crea, decora, recicla. Yo ya había hecho un curso de papel japonés hace tiempo con Neus y sabía que como mínimo iba a tener una profa estupenda.
También tenía un propósito claro: empaparme de técnicas y repasar colores para pintar la mesa del comedor, que con su color tan oscuro nos chupa la luz y nos hace la estancia más pequeña. Cuando leí en internet que la chalk paint se podía aplicar sin lijar, sinceramente se me abrió el cielo.
A mí me encanta el bricolaje, ¿eh? Pero también soy vaga por naturaleza. Y lijar la mesa entera sin que el pomelo me haya regalado todavía una lijadora (que NECESITO, como no podía ser de otra manera) me daba un palo increíble. Aunque supongo que a cualquiera le da palo lijar una mesa entera, ¿no? ¿Veis como necesito una lijadora?
En fin. Que aunque yo seguía con un poco de escepticismo el hype de la chalk paint, después de mucho pensar, decidí ir a ver si eso realmente se podía aplicar a mi mesa. Y quién sabe si a algún rincón más de la casa.
Cuando nos mudamos aquí y empezamos a reformar, metimos la pata hasta el fondo. Bueno, vale, la metí yo, que en temas de decoración el pomelo normalmente me dice que vale a casi todo. La cuestión es que a mí me gusta mucho el negro. Y me gusta el gris. Y los muebles oscuros me parecen muy elegantes. Total, ya os lo imagináis. Hay un montón de madera oscura por toda la casa. Y aunque no nos podemos quejar del espacio y de la luz que tenemos, lo cierto es que somos cinco personas (y un gato) viviendo entre muebles negros. Así que la sensación que da siempre es de agobio supremo.
Algún día os mostraré una foto del baño y de sus baldosas grises. Aix. Mi reino por un alicatador en la familia...
Pero me voy por las ramas, qué raro :^)
El curso era en la tienda que tiene Neus en Mercantic. No sé si habéis estado nunca, pero es un sitio increíble. De hecho, si vivís cerca de Sant Cugat, bloqueaos el sábado por la mañana e id a dar una vuelta porque vais a alucinar. Mercantic es, como su nombre indica, un mercado de antigüedades. Aunque lo cierto es que dentro hay un poco de todo: cosas antiguas y cosas modernas con regusto añejo. Da igual. Porque en general todo lo que hay es precioso. No hace falta ni comprar, solo con dar una vuelta y disfrutar del ambiente seguro que cargáis pilas.
Es verdad que era un jueves, justo después del desgraciadísimo incendio, y que no había mucha tienda abierta, pero meterte dentro de los pasillos equivale a entrar en un bazar, así que me dio igual.
La tienda de Neus es un rincón muy bonito, lleno de cosas personalizadas con chalk paint. Nos hizo un poco de anfitriona y nos enseñó todos los detallitos cubiertos de pintura: garrafas, muebles, latas... nada escapa al pincel de Neus ;^)
Enseguida nos enfundamos el delantal que teníamos preparado y tras una breve introducción sobre la pintura, sus características y sus usos, nos lanzamos a la aventura.
La pintura en sí es una pasada. Es espesa, cubre muy bien, se aplica con mucha facilidad... En fin, me gustó, aunque yo no soy experta en pintura ni mucho menos. Me pareció un material muy fácil de usar para hacer un montón de cosas. Aunque es verdad que es una pintura cara, me parece que tiene mil aplicaciones en manualidades de todo tipo.
Neus nos enseñó varias técnicas y a combinar varios productos para conseguir acabados diferentes. Probamos con un secador, con ceras de diferentes colores, con colores superpuestos, con lija...
Y la verdad es que con cada técnica y cada explicación, yo iba pensando en otras cosas que podía pintar en casa: ¿los muebles (grises) de la cocina? ¿Los del baño? ¿Las puertas del armario empotrado del estudio? ¿La cómoda (negra) de nuestra habitación? Buf.
Total, ya veis. Ahora solo puedo pensar en pintarlo todo. Voy dándole vueltas mentales a los cambios que quiero hacer. Pero no os preocupéis que no os vais a perder ni un detalle. Ahora soy una mujer a un pincel pegada, avisados quedáis.