Los móviles siempre me gustaron. Son cosas que no sé hasta qué punto los bebés les hacen caso (los 10 bebés con los que estuve en contacto, mis primos pequeños, pasaban bastante de ellos...) pero son tan sencillos de hacer, y dan tanta libertad para hacer cosas diferentes, para modificarlas o para añadirlas que me encantan.
Linkeado al tutorial
Además, he descubierto algo que tengo que hacer y me va a llevar por el camino de la amargura y de la pobreza, lo sé. Los quiet books, creo que se traduce por libro de texturas, algo que nunca había visto en persona. Son libros para bebés, llenos de cosas sencillas con las que jugar y tocar: cremalleras, marionetas, piezas para pegar y despegar, cordones, cuentas... y hay cosas tan bonitas que ya tengo los planos en marcha del que voy a hacer yo. Y como los móviles, son tan versátiles y personalizables que puedes hacer lo que te apetezca, o sepas hacer. Estuve planificando uno de robots y viajes espaciales, pero no sé qué le parecerá a los padres. Sigo buscando temas y colores unisex y desde luego no le haré uno de muñecas a las que vestir y peinar, pero antes de decidirme por aliens y naves espaciales quiero tantear a los padres.
Todas las imágenes tienen link a su fuente original, donde podéis ver los libros completos, o el tutorial para hacer cada páginas.
Qué alegría y qué desgracia es Pinterest, las dos cosas a la vez. Qué de cosas bonitas enseña, pero a la vez, cuántas horas de trabajo me pone por delante. El quiet book es un proyecto muy grande y largo, no es algo que se pueda hacer en una tarde. Y de móviles... ya tengo uno casi terminado, pero me he encontrado otro precioso ayer y quiero hacerlo también. Madres y tías que me leéis, ¿cuántos móviles usan los bebés? ¿Se instala uno y ahí queda, o se va cambiando? ¿Es una tontería que haga dos? Porque volviendo a mis 10 primos (somos muchos en la familia), sus habitaciones eran temporales, porque coincidíamos en verano en casa de mi abuela, de vacaciones.
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