El de hoy es un cordón en tres colores, realizado con nudos simples y abalorios, y abrochado con unas vistosas margaritas años 60 en grande o en pequeño.
Al medir 155 cm de largo, me permite ponerlo como un collar largo, recogerlo a modo de gargantilla, llevarlo como cinturón o como accesorio para el pelo en forma de diadema.
¿Quién se resiste?
La idea es similar a la de un cinturón en cuerda que publiqué hace tiempo y podéis revisar AQUÍ.
Está realizado con cordón encerado fino en tres colores: naranja, verde y blanco, junto con abalorios de agujero suficientemente grande para poder enhebrarlos por el mismo.
Los escogí en los mismos colores que los cordones.
No puedo decir el tamaño exacto de cordón gastado porque trabajé con los carretes enteros (aunque es un engorro a la hora de hacer los nudos. Es mejor soltar el cordón del carrete y hacer un pequeño ovillo sujeto con una pinza de la que vamos soltando cordón poco a poco).
TAMAÑO: Con este cordón fino y anudando de dos en dos, por lo menos tenéis que calcular que emplearéis el doble de la longitud final deseada en el caso de los cordones naranja y verde y el triple en el caso del blanco porque anuda con ambos y se va a consumir más.
Enhebramos los abalorios verdes en el verde y los naranjas en el naranja. Mi cordón lleva un total de 120 abalorios de cada color. El cordón blanco sólo lleva 4 abalorios, 2 para cada extremo. Para facilitar el enhebrado aconsejo endurecer la punta de los cordones con una gota de cola rápida y afinarlos, así son queda como una punta de aguja.
Una vez enhebrados todos los abalorios (mejor poner más por si lo queréis mas largo y si sobran se retiran al final) enrollamos de nuevo el cordón y lo vamos soltando a medida que necesitamos.
INICIO Y FINAL rematados como en la foto:
Al inicio, en la punta de cada uno de los tres cordones hacemos: 1 nudo simple, 1 abalorio, 1 nudo simple y otro abalorio.
Después unimos los 3 cabos y los anudamos juntos dejando un espacio a modo de flecos.
Al final, lo mismo pero en sentido contrario.
ANUDADO BASE:
Fijamos el inicio con una pinza a la superficie de trabajo, que puede ser una carpeta, y comenzamos la secuencia de anudado del cordón que se va a repetir continuamente.
-Cordón blanco en el centro y los de color uno a cada lado.
-Ascendemos dos abalorios naranjas y anudamos bajo ellos el cordón blanco junto al naranja, un nudo simple.
-Ascendemos dos abalorios verdes y anudamos bajo ellos el cordón blanco junto al verde, un nudo simple.
-Repetir.
Los nudos bien apretados y cuidando que la distancia entre ellos sea más o menos la misma. Podemos hacer unas marcas equidistantes en el folio sobre el que trabajamos para que nos sirvan de guía.
A medida que crece el cordón lo vamos subiendo, aproximando el área de trabajo a la zona de la pinza para que nos ayude a hacer tensión en los nudos.
Una vez completada la medida deseada rematamos igual que al inicio.
Es un cordón abierto en los extremos porque así tenemos la opción de colocarlo en más posiciones. Lo podemos cerrar con un nudo continuar haciendo los divertidos broches margarita (creo que la pregunta se responde por sí sola).
Pero antes de poneros el paso a paso de los broches, os dejo un pequeño vídeo para las que preferís una demostración in vivo:
BROCHE MARGARITAS:
Están realizadas en polipiel, pero podéis escoger cualquier otro material del que dispongáis: fieltro, goma eva, tela con o sin relleno, ...
Hice una en grande y otra en pequeño para variar, que seguro también usaré como broches.
Primero dibujé y recorté las flores en papel a modo de patrón: en la grande los pétalos salen como radios uniformes, en la pequeña un poco lateralizados para hacerlas distintas, si os fijáis. Y unas circunferencias del tamaño de cada una para pasar al material.
Como quería que fuesen más gruesas, las hice dobles. Recorté sobre el material de polipiel dos circunferencias de igual tamaño para cada una, las encolé por la parte del revés (con silicona líquida) y las uní, dejándolas secar con un peso encima, de forma que a ambos lados queda a la vista la parte bonita de la polipiel.
Al día siguiente, comprobando que están unidas bien firmes, marqué la flores y las recorté con una tijera fina. De este modo aseguramos que los bordes de ambas capas de material quedan cortados exactos.
Después repasé los bordes con un pincel y pintura acrílica blanca para que no se notasen las juntas.
El centro lleva un círculo de fieltro naranja y un botón de madera, pegados y cosidos.
Por detrás, con ayuda de la pistola de silicona caliente, un broche metálico que va a servir para fijar bien la flor y para cerrar nuestro cordón en diferentes posiciones pues es suficientemente ancho para poder introducir dentro de él varias hebras del cordón y fijarlas dónde queramos.
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Os espero!!